Pena Ajena
La Asociación Única de Peloteros Porfesionales de Venezuela se terminó de desplomar ante la indolencia de la mayoría de sus agremiados y la viveza de quienes la controlan.
Pero su verdadero impacto en el béisbol comenzó en 1972 cuando asumió el mando de la Asociación Única de Peloteros Profesionales de Venezuela (AUPPV).
Acosta llegó para adaptar la postura y beneficios de los peloteros ante el grupo de dueños del béisbol venezolano liderando la segunda huelga en la historia de la pelota venezolana que canceló el playoff de la temporada 1973-74, demandando mayores porcentajes de las ganancias brutas para los peloteros.
Al acordar mejores beneficios y nuevos contratos laborales y con la visión de proporcionarle una mayor seguridad social al pelotero para su retiro, Asopeloteros se convirtió en un sindicato importante y respetado.
Su labor al frente de la AUPPV terminó en 1996 cuando una nueva corriente de jugadores buscaban renovar la vieja escuela y modernizar las funciones del ente representante de los intereses de quienes se ensucian en uniforme. Este grupo llevó a la presidencia a Angel Vargas, un ex utility que jugó 81 juegos con los Tigres de Aragua entre 1974 y 1983.
Tras su retiro como pelotero activo, Vargas regresó a la universidad donde se título como abogado. Su perfil de jurista, expelotero y su carácter cordial suponían un candidato perfecto para una nueva etapa de los beneficios para los peloteros. La explosión de los criollos en las Grandes Ligas a mediados de los 90s parecía una señal de que el porvenir de este sindicato sería un ejemplo para muchos en el complicado sistema laboral del país.
De hecho, el máximo evento de este organismo, el Juego de las Estrellas del Béisbol Venezolano, alcanzaba en ese 1996 su cúspide siendo jugado en honor a Acosta, el hombre que dedicó mitad de su vida hacia la previsión social y dignificación de la carrera del beisbolista. Este evento era un verdadero ejemplo de organización entre las Ligas Invernales, comparable, guardando sus distancias, con los Clásicos de las Ligas Mayores entre Liga Americana y Liga Nacional.
Para ese partido disputado en Caracas, Andrés Galarraga vio acción viniendo como campeón jonronero de la Liga Nacional, además de Omar Vizquel y jugadores de liga mayor de ese entonces de la talla de Richard Garcés, Luis Sojo, Miguel Cairo, Kelvim Escobar, Giovanni Carrara, entre otros.
El evento tuvo como preámbulo un torneo de golf entre peloteros cuyas ganancias por inscripción serían hacia los fondos de previsión social de los jugadores retirados, una competencia de jonrones, un juego de las futuras estrellas con los mejores prospectos de la Liga Paralela, además de reconocimientos públicos y premios especiales.
Un verdadero banquete para los fanáticos. Quienes no pudieron asistir, pudieron presenciar todo en transmisión nacional por Venevisión.
1996 marcó el fin de la era de Acosta y el inicio de la era de Angel Vargas. El futuro lucía promisorio.
Inicio de la pesadilla
Vargas asumió la presidencia del sindicato peloteril hasta el año 2000 y el evento siguió haciéndose con presunta normalidad. Fue ratificado en su cargo para un segundo período de cuatro años aunque ya no contaba con la misma popularidad. El escenario peloteril en Venezuela estaba cambiando para bien o para mal con más peloteros llegaban a las Grandes Ligas y un número mayor de jugadores firmados al profesional.
La labor de la Asociación de Peloteros se fue erosionando aceleradamente sin aprovechar la solidez económica de muchos de sus agremiados, ni los beneficios que incluye el solo tenerlos. Dan pena ajena.
Para el año 2001 una asamblea extraordinaria convocada por un grupo encabezado por Infraín Linares, Edwin Hurtado, Guillermo Larreal y Clemente Álvarez destituyó del cargo a Vargas por incompetencia, pero el abogado introdujo el caso en tribunales llevándolo hasta el Tribunal Supremo de Justicia donde terminó el ex-magallanero Edgar Naveda, para entonces secretario, al frente del ente de manera interina.
Mientras Vargas más se aferraba al cargo mediante sentencias de tribunales impuestas sobre la voluntad de los jugadores, además de iniciar una marcada cercanía a sectores afectos al gobierno nacional, la organización del Juego de Estrellas y los servicios del organismo fueron mermando y la transparencia ante sus miembros era nula.
La presidencia es desde entonces un balón de basket siendo rebotado entre Vargas y su testaferro Naveda a su mejor conveniencia.
Resquebraje total
El primer equipo que optó por cerrarle sus puertas al sindicato fueron los Tigres de Aragua en 2003 liderados por Alex Delgado, quien comunicó: “Respetamos la decisión de todos nuestros compañeros en asistir al partido de las estrellas pero nosotros no vamos a esa cita en cierta forma como medida de protesta por todas las irregularidades que dentro de la asociación se manejan”.
La protesta aragüeña fue creciendo año a año, sumándose Cardenales, Caribes y Águilas. Las demandas públicas de los peloteros por elecciones transparentes y justas para elegir una nueva directiva se han hecho cada vez más fuertes
Actualmente el escenario nacional del béisbol profesional está divorciado de Vargas, Naveda y su secuaces. La reciente convocatoria para el Juego de Estrellas en La Ceiba, ante no contar con el apoyo de 4 de los 6 estadios del país, fue la gota que derramó el vaso.
Y con su cara bien lavada, Naveda, sin que Vargas apareciera este año cuando en 2009 suspendió el Juego de Estrellas contra la Liga Colombiana, declaró que “La Ceiba estaba lista para recibir a las estrellas del béisbol profesional”.
El juego del 2010 fue suspendido por las lluvias que destrozaron el infield del parque guayanés. Las esponjas gigantes no pudieron secar el agua en el campo corto en un parque que dice ser el mejor del pais, pero que no cuenta ni siquiera con una lona impermeable para proteger el cuadro. No habían jugadores, ni cámaras de televisión…ni fanáticos.
“Nosotros nos reunimos con la asociación y le dijimos que si no nos pagaban una bonificación por adelantado no asistiríamos al Juego” dijo Lino Connell de las Águilas del Zulia. “Ellos no se aparecen durante todo el año, por eso estimulamos a que los jugadores opten por no cotizar el porcentaje que le corresponde por cada uno de nuestros cheques de pago porque incluso hasta las pólizas de seguros son pagadas por cada equipo.” enfatizó el veterano de 20 campañas en la LVBP.
“Los dueños de los equipos se apoderan de los peloteros y ya no se discuten los salarios ni los viáticos” dijo el exbigleaguer Clemente Álvarez al Diario Líder, quien lidera el grupo por la renovación del sindicato. “Hasta ahora tenemos entre 200 y 300 firmas de peloteros que exigen que la directiva rinda cuentas.” señaló.
Según el ex-receptor de los Navegantes del Magallanes “las elecciones se debieron hacer desde 2007 y aún estamos esperando”.
Álvarez ha liderado el caso en cortes venezolanas buscando mediante demandas y amparos constitucionales la destitución de la actual directiva, quienes fueron reelectos en 2004 en una votación realizada en Margarita. En la sentencia del TSJ, expediente AA70-E-2004-000078, se expone lo siguiente:
“Una exigua minoría de miembros se “confabularon”, a fin de propiciar unas elecciones fuera de su sede natural, como lo es la ciudad de Caracas, advirtiendo que muchos de los integrantes de la Asociación se encuentran residenciados en ciudades en el interior del País, lo cual creó una situación de dificultad al momento de participar en las elecciones realizadas, todo ello, en contravención a las normas que establecen la representación proporcional y la votación universal y directa.”
“Al finalizar la temporada regular en el mes de enero de cada año, la gran mayoría de peloteros activos venezolanos inscritos en la Asociación se marchan del país a fin de cumplir con los compromisos que tienen con el béisbol organizado, circunstancia que fue “aprovechada por el ciudadano Ángel Vargas Rodríguez, y el pequeño grupo que lo sigue, para realizar una elecciones “atípicas, irregulares y anómalas que le permitirán perpetuarse por cuatro años más en la Presidencia de la AUPPV”
Pero el Tribunal Supremo de Justicia a traves de su magistrado ponente Iván Vásquez Táriba, declaró inadmisible esta petición de los peloteros. Naveda, hasta donde se sabe, sigue al frente.
Los peloteros hoy buscan crear un sindicato paralelo. Un organismo que realmente regule transparentemente las relaciones entre jugadores y dueños. Buscan rescatar el Juego de las Estrellas como un espectáculo digno para la asociación y organizado por la Liga Venezolana de Béisbol, tal y como la MLB arma con su experticia el evento para su sindicato.
Sea cual sea el camino a seguir es hora de actuar, y en representacion de los fanaticos hacia los uniformados, ratificamos nuestra solidaridad para el constante avance de nuestro beisbol con el fin de evitar mas retrocesos en el largo camino que se ha labrado.
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