Colombia y el vía crucis de su béisbol

La Liga Colombiana de Béisbol apostó por la expansión para la temproada 2010-2011 y Santiago de Cali es una de las tres nuevas plazas de la pelota invernal latinoamericana. 

Voy a citar a mi compañero Candy Maldonado para comenzar esta semana: “¡Qué difícil es comer sopa con un tenedor!”.

Y siempre le respondo que a pesar de que sea poca la cantidad que se ingiere, el tenedor te da una probadita de lo bueno o lo malo de la receta. Y si te gusta pues haces tu vida más fácil buscando una cuchara.

Así mismo es cosechar la semilla del béisbol en un terreno inhóspito para el juego. Siembra que por lo general ha sido provechosa en las plantaciones, pero mientras nos perdemos en metáforas, en Colombia sigue germinando el juego.

Su via crucis continúa hasta su primera meta: Saltar al terreno de la Serie del Caribe.

En la 12da. temporada del Béisbol Profesional de este país en su etapa moderna, la liga apostó por la expansión. De 4 equipos activos en la temporada pasada, Barranquilla, Cartagena, Montería y Sincelejo; tres permanecieron activos. La reorganización envió a los Toros de Sincelejo a Cali, sumando además franquicias en Medellín y Bogotá.

“Si queremos cumplir todos los requisitos que nos piden para poner a Colombia a jugar en una Serie del Caribe, simplemente tenemos que hacerlo y listo” me dijo Edinson Rentería, presidente de la Liga Colombiana de Béisbol Profesional con respecto a la expansión. “Tenemos que demostrarle a la Confederación del Caribe que estamos comprometidos, que estamos listos, que somos competitivos y que podemos representar a nuestro país en la competencia” afirmaba.

El Team Rentería, la empresa comercializadora del torneo, ha hecho una inversión que supera los $8 millones de dólares a lo largo de este período para aguantar el crecimiento y lograr la autogestión del circuito. Esta ha sido la clave para que Colombia hoy esté nuevamente inmersa en el mundo del béisbol.

La disciplina de Edgar Rentería en su carrera en las Grandes Ligas y el empeño del trabajo de extensión de su hermano Edinson y su equipo de trabajo son el núcleo.

La Confederación del Caribe le ha pedido a Colombia aspectos que no se cumplen en otras ligas como Puerto Rico, por ejemplo; comenzando por la solidez económica del negocio. El ente rector ha sido demasiado cerrado y retrógrado en la apertura del circuito invernal para otro país, fallando la modernización del torneo, lo que se traduce a un retraso comandado por Juan Francisco Puello Herrera.

Colombia tiene hoy en día mayor potencial de firmas internacionales para el béisbol organizado que Puerto Rico y esta generación de peloteros son los que fortifican el futuro del circuito local. Sumado a este desarrollo se encuentra la ambición por esparcir el deporte en las principales ciudades fuera de la costa caribeña, labor que se hace difícil por barreras establecidas por factores culturales y deportes como el fútbol.

Sin embargo, nada ha podido frenar al circuito neogranadino, quienes año tras año alcanzan mayores metas mientras más altas son las barreras.


Nuevas fronteras del juego

Cali, capital del Valle del Cauca y casa de los Toros, es ahora la ciudad de béisbol profesional más al sur en el circuito invernal, a exactamente 5,197 kilómetros de su contraparte en Mexicali, la casa de los Águilas de la Liga Mexicana del Pacífico.

En su debut, Cali cuenta en sus filas con el ex-grandeliga criollo Emiliano Fruto comandando a un róster criollo reforzado por 15 extranjeros. Son dirigidos por Eriberto “Eddie” Menchaca mánager del Pulaski, clase A de Seattle y acompañado por dos viejos zorros del béisbol caribeño el dominicano César Cedeño y el norteamericano Andrew Lorraine.

El hombre con la titánica labor de atraer a una comunidad futbolera hacia el parque de pelota es Óscar Giraldo, ex-jugador amateur producto de una generación que durante décadas representó al departamento del Valle en competencias nacionales de béisbol y que hoy lidera el tren directivo de los Toros Cali, quienes más que un equipo de béisbol parecen predicadores de esta religión en sus tierras.

“Esta es una experiencia que tiene dos matices” explica Giraldo. “Una es nuestra pasión, es el amor que le tenemos al juego de béisbol, y el nacimiento de un equipo de béisbol profesional en una ciudad como Cali nos llena de satisfacción. El otro matiz es como empresario, pues pocos aquí creen en el béisbol en esta ciudad. Parece inviable, pero en el béisbol la pasión le gana a la razón, entonces a nuestra pasión le metemos nuestros conceptos gerenciales".

Desde el punto de vista del negocio la estructura de la Liga Colombiana es sólida. Cada equipo es operado por un consorcio local bajo la coordinación del Team Rentería. Existe un tope salarial de nómina en cada equipo. La inversión de cada equipo ronda en el medio millón de dólares por temporada y el reto de las franquicias es de cubrir y superar dicha cantidad para su fortalecimiento financiero en base a su operación de patrocinio local y ganancias generadas por el espectáculo.

Según Giraldo, a Bogotá y Medellín se les ha hecho más fácil el camino para recuperar la inversión, pero en Cali aún tienen problemas por no contar con apoyo de las autoridades locales para el desarrollo del béisbol. Cali actualmente enfrenta una inversión que supera los $30 millones de dólares en la reconstrucción del estadio Olímpico Pascual Guerrero para el Mundial de Fútbol Sub 20 en el 2011.

"En asistencia estamos liderando los nuevos mercados. En cada una de las nuevas sedes hay un sabor distinto, por ejemplo, en Bogotá y Medellín hay colonias muy grandes de inmigrantes costeños que constituyen el fuerte de la fanaticada. Aún es temprano y los equipos no han atraído a esa fanaticada al parque. En Cali hay más amor por el béisbol y tuvimos una asistencia entre 1,500 y 2,000 personas en los primeros juegos" argumenta el gerente de los bureles.

Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la difusión del béisbol en estas tres ciudades, pero los largos años de posicionamiento del fútbol como fuente principal de información han opacado otras disciplinas, convirtiendo a estas comunidades en dependientes de un sólo deporte.

"¡Esto es realmente un reto hermano!" suspira con esperanzas Giraldo.

"Hemos tenido que meter a los periodistas en el campo de béisbol para darle charlas de lo que es el juego y sus reglas para que ellos puedan escribir las crónicas de los partidos...¡Imagínate!. Enseñarles cuando es foul o fair, o bola o strike a comunicadores de mucho prestigio que han recorrido el mundo y tienen tres o cuatro mundiales de fútbol de experiencia" describe.

"Pero así es esto y nosotros lo hacemos con gusto y a pesar de las limitaciones ellos nos han dado una gran acogida y poco a poco le dan más espacio al béisbol en las páginas deportivas y los noticieros de televisión".

En cuanto al nivel de juego Colombia sigue creciendo. Los jugadores importados de cada equipo provienen de las organizaciones de Grandes Ligas y de Ligas Independientes y hay una mezcla interesante entre norteamericanos, dominicanos, boricuas, panameños y venezolanos, lo que le da a al circuito un sabor más internacional.

Giraldo considera que son una pelota de nivel doble A. "Muchos de nuestros jugadores opinan que el nivel de la Liga es cada vez más exigente, ya esta no es una liga de rectas, aquí se ganan partidos a punta de pitcheos quebrados. Esto no es una pelota instruccional, aquí hay fortaleza y hay competitividad".

El efecto Rentería

No sólo fue una bendición para los Gigantes de San Francisco la actuación de Edgar Rentería tras haber sido seleccionado como más valioso en la Serie Mundial, sino también para la pelota colombiana.

El barranquillero que le dió el título de la Serie Mundial a los Marlins con un hit de oro en 1997, disfrutó de una prominente carrera en las Grandes Ligas que utilizó también para promover y desarrollar el juego en su tierra. Con esta destacada actuación en el Clásico de Octubre nuevamente Rentería acaparó la atención de todos los colombianos quienes una vez más le abrieron sus puertas a los diamantes.

Y para "El Niño" esta actuación fue la consagración de su carrera, estableciéndose como uno de los más grandes deportistas colombianos en la historia.

"Este es el momento que debemos aprovechar tras la hazaña realizada por Edgar" dice Giraldo. "Debemos tener una mejor estructura organizativa apoyada en la imagen de Edgar para tener apoyo de los gobiernos. Nuestro reto es tener mayores iniciativas y llegar a estabilizar de una vez por todas la pelota en nuestro país y que la liga sea sólida para poder disputar la Serie del Caribe y el Clásico Mundial".

Esta es la Colombia positiva. Este es el efecto Rentería.

"Edgar es la imagen de la pelota colombiana, no sólo por sus logros en las Grandes Ligas sino por la inversión que ha hecho en pro del béisbol de este país. Ningún otro deportista en la historia de Colombia ha aportado tanta inversión como lo han hecho los hermanos Rentería y con un puro interés de hacer que el béisbol crezca y sea una opción de vida para nuestra juventud" agrega.

La pelota colombiana sueña en grande. En un país de culturas divididas, la costa caribeña sigue firme en la idea de esparcir su juego, sin afán de saciar egos; más bien con el compromiso de crear oportunidades para una juventud socialmente demacrada en una nación que con visión de futuro y paso firme apuesta a una mayor prosperidad.

Comentarios

Foros Beisbol ha dicho que…
A como van las cosas la liga invernal Boricua podría desaparecer definitivamente de aquí a cinco años, ojala que no sea así, por supuesto, pero de serlo, la liga Colombiana seria la ideal para remplazarlos.

Creo que independientemente de si Puerto Rico sigue o no, la Serie del Caribe debería expandirse, incluir a Colombia, Panamá, Cuba y quizás alguna de las ligas invernales de Estados Unidos, aunque por los calendarios seria difícil.

Saludos.

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