Lipso Nava: El gigante del bateo
Lipso Nava está en el camino a las Grandes Ligas como un experto del arte del bateo. Tras su retiro como peltero se desempeña como coach de los San Francisco Giants en las Ligas Menores.
Golpear una pelota con consistencia a una velocidad superior a las 90 millas, o lograr descifrar el movimiento que tomará tras dejar la mano de un lanzador es realmente muy difícil. Entre todos los deportes, batear es el aspecto donde se necesita mayor habilidad. Unos lo consideran un arte, otros una cuestión de talento y práctica.
En cualquier caso, hay gente que posee esa coordinación “manos-vista” de forma natural. Uno de ellos es Lipso Nava.
Nava ha sido uno de los peloteros más emblemáticos en la historia del béisbol zuliano y favoritos de los fanáticos. Debutó en la Liga Venezolana con los Petroleros de Cabimas en 1991 y tras dos temporadas pasó a las Águilas y desde su llegada se convirtió en uno de los iconos criollos del club. Pasó 12 temporadas sudando la camiseta naranja en un equipo plagado de talento nativo que gestó una generación de éxitos. En el 2005 fue cambiado a los Tiburones de La Guaira y cumplió una pasantía con Cardenales de Lara. Finalizó su carrera como pelotero activo con Caribes de Anzoátegui tras 16 temporadas y casi 500 hits.
Antes del béisbol, Lipso se intereso por la educación. Su camino comenzó con una beca para estudiar y jugar en el Miami-Dade Community College. Tras aprender inglés y comenzar la carrera de educación física, los Seattle Mariners seleccionaron a Nava en el draft amateur de 1990 y le ofrecieron un bono de $18 mil dólares.
Firmado el pacto que lo convertía en pelotero profesional, comenzó un viaje de 7 temporadas por las ligas menores con Seattle, Boston y los Chicago Cubs que lo dejo a las puertas de las mayores.
Estando en triple A con el Iowa en 1997 faltó sólamente esa "llamada" para el Wrigley Field.
De los casos de jugadores venezolanos seleccionados en el draft universitario de los Estados Unidos, Lipso ha sido el criollo que mas lejos ha llegado. Todos los peloteros venezolanos que han llegado a las Grandes Ligas en la historia han sido firmados como agentes libres en Venezuela.
El béisbol lo llevó a México y a Taiwán, pero su bate oportuno y agresivo le dieron un nicho en la Liga del Atlántico. Tras 8 temporadas en el circuito, su ultimo club, el Newark Bears le dio la oportunidad de hacer la transición como técnico especializado en ofensiva. Simultáneamente hizo lo mismo con Caribes de Anzoátegui, quedándose como parte del cuerpo técnico.
En su primera temporada en el rol fue galardonado como "Coach del Año" en la Liga del Atlántico.
Su carácter, disciplina y talento para transmitir conocimientos lo llevaron a los Gigantes de San Francisco en el 2009. Actualmente esta en su segunda temporada como coach de bateo del Augusta GreenJackets, equipo clase A en la Liga del Sur-Atlántico.
San Francisco tiene uno de los sistemas de Ligas Menores con mayor cantidad de talento. Lipso ya ha sido mentor de algunas de las promesas del club. Día tras día trabaja de la mano de un viejo zorro del béisbol como Dave Machemer, veterano de las menores y las ligas invernales.
Aquellas calientes tardes de gloria y lluvias de cervezas causadas por el batazo clave del número 17 quedaron en el recuerdo de esa fanaticada delirante en Maracaibo. Aquellas victorias lideradas por la garra de Nava para el equipo cuyo uniforme era como la piel misma se han ido.
Hoy pasa sus tardes en el verdor de Augusta, Georgia, transmitiendo sus secretos a una nueva generación. Muchos de estos chicos recibirán, gracias a el, esa llamada que en su momento tanto esperó.
Pero que en un futuro llegará. Nava es un gigante en el mundo del béisbol...y no precisamente por el nombre en su uniforme.
LL: ¿Cómo te va en tu rol con los Gigantes?
LN: Para mi ha sido una gran oportunidad como técnico y esta organización me ha tratado muy bien. Trabajo con muchos muchachos cuya asignación a este equipo es su primera experiencia profesional, de tal forma que me toca enseñar la diferencia entre el bate de aluminio y la madera. Esta es una etapa clave porque prácticamente es comenzar a moldear a estos muchachos que creen dominar el juego por su experiencia en la universidad y se dan cuenta lo difícil que es la pelota profesional.
LL: Es interesante lo que dices de la transición de aluminio a madera. ¿Cuál es la diferencia más marcada?
LN: Bueno principalmente es la forma como le chocas la pelota y para eso hay que hacer un swing con mucha coordinación y armonía. Yo siempre le digo a los muchachos que con el aluminio "te puedes salir con la tuya", pero a la madera tienes que darle en el "sweet spot" o el punto clave para conectar bien y para eso hay que tener mucha coordinación de todos los movimientos y reflejos del swing. Eso es lo que se trabaja.
LL: ¿Te proyectas como un coach de bateo hacia las mayores o como mánager en las menores?
LN: Realmente lo que llegue primero. La meta siempre es estar en Grandes Ligas y uno trabaja enfocado en eso. Sin embargo estoy en una etapa de aprendizaje, junto a Dave Machemer. Observo mucho el manejo del pitcheo, del bullpen, como aguantar a un contrario, aspectos que yo no dominaba. Quisiera la oportunidad de dirigir en las menores y seguir aprendiendo del juego. Con Caribes, por ejemplo, he sido coach de banca y esta temporada seré coach de primera base, una nueva faceta. Yo estoy contento con tener nuevos roles porque se que me ayudarán a ser un técnico mas completo.
LL: Para esta venidera temporada en Venezuela están contratados no solo manager extranjeros sino también muchos coaches. ¿Qué opinas?
LN: Aunque le tengo mucho respeto a los técnicos de todos los países estoy en contra de que la Liga Venezolana contrate extranjeros por encima de los criollos. Venezuela tiene una cantidad de técnicos de primer nivel con organizaciones de Grandes Ligas que deberían tener prioridad, eso es parte del desarrollo de nuestro béisbol. Pero todavía a estas alturas los dueños buscan managers extranjeros en vez de darle oportunidad a más criollos de asumir esa responsabilidad.
LL: ¿Cuál es el balance que le das a tu carrera?
LN: Yo estoy muy contento con lo que hice como pelotero. Lamentablemente me faltó un golpe de suerte y quizás mas salud para poder llegar a las mayores y demostrar más, pero no me arrepiento de la forma como fue mi carrera porque siempre me entregué en el terreno, mi bate y mi guante siempre respondieron. Me retiré porque ya sentía que era hora y mis piernas estaban muy pesadas. Además me decepcioné un poco de estar buscando oportunidades cuando ya uno ha demostrado suficiente. Yo no quería dar tumbos por ahí.
LL: ¿Cuál es tu mejor recuerdo?
LN: Todos. Recuerdo con claridad mi primer hit, mi primer jonrón. Recuerdo especialmente las finales en Venezuela, el titulo con las Águilas en el 2000 y con Aragua cuando fui refuerzo.
LL: ¿Qué te dejaron 12 temporadas con Águilas del Zulia?
LN: Imagínate, me dejaron lo mas bonito que un pelotero puede tener que es el cariño y el respeto del público. Ese número 17 es mío, yo me lo gané con trabajo, cargándome al equipo para darle victorias a esa fiel fanaticada. Hoy disfruto de ese respeto cuando voy a Maracaibo cuando la gente me reconoce y me recuerda. Es especial por ser la tierra de uno. Ese es mi equipo y hoy tengo mucha información y conocimientos para brindarle.
LL: ¿Volverás a vestir el 17 naranja?
LN: Algún día. Algún día regresaré a mi tierra.
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