Heberto Andrade: Cosechando Águilas y Piratas.

Heberto Andrade suma siete temporadas de experiencia en Ligas Mayores como coach de los Pittsburgh Pirates, manteniendo su enfoque en el desarrollo de lanzadores y receptores.

No hay ninguna duda que la posición de receptor es la que requiere un mayor entendimiento del béisbol y sus estrategias. Lanzamiento tras lanzamiento son quienes de manera anónima van tejiendo el juego y muchas veces controlando la manera como se desarrolla.

Es esa constante compresión de los detalles más pequeños de un complicado juego, que se desarrolla la vida de un receptor en ésta era. Atrás quedaron los tiempos del juego básico: ¨Lanza la bola, batea la bola y atrapa la bola¨.

Son los receptores esos genios del juego moderno, y los instructores especializados quienes tienen la labor de moldear a quienes poseen las condiciones para cumplir el rol en el máximo nivel.

Heberto Andrade es uno de ellos. En sus tiempos de pelotero activo militó en el sistema de ligas menores de los Chicago Cubs, pasando por experiencias en la Serie A del béisbol italiano, la Liga Colombiana y una permanente carrera en Venezuela con las Águilas del Zulia y los Tiburones de la Guaira que culminó en 1996.

Luego pasó a formar parte del cuerpo técnico de los rapaces ejerciendo la labor como instructor de receptores paralelamente con asignaciones desde coach de bullpen hasta mano derecha de los dirigentes.

Su experiencia y conocimiento del juego está comprobada.

Hoy Andrade ya suma 7 temporadas como parte del cuerpo técnico de los Piratas a nivel de ligas mayores. Su rol de como coach desde el bullpen no sólo le brinda da la oportunidad de colaborar con la constante formación de receptores, sino también con la preparación diaria de un staff de lanzadores de Grandes Ligas, que ejerce junto a su compatriota y amigo Luis Dorante.

Y en este cuerpo técnico del mánager John Russell también destaca el ¨Almirante¨ Carlos García. Este trío ha hecho historia como el mayor número de entrenadores venezolanos en un equipo de Grandes Ligas.

Esta semana Heberto y los bucaneros se encuentran en el medio de las Series Interligas recibiendo en PNC Park a los Indios de Cleveland. Antes del primer juego de la serie hubo tiempo para una buena charla de pelota.

¨Hoy en día el béisbol a este nivel tiene demasiados elementos y hay situaciones muy rápidas, entonces los jugadores que tienen la capacidad de ver este panorama son quienes tienen éxito¨ reflexiona sobre el juego moderno.

LL: ¿Cuál es la diferencia que le ves al juego de hoy y a la preparación que ustedes imparten como técnicos en comparación a cuando tu comenzaste como profesional?

HA: Yo creo que el béisbol a avanzado muchísimo. Todas las prácticas de formación de un pelotero han evolucionado gracias a la tecnología. Hoy el técnico cuenta con herramientas que en mis tiempos de pelotero nunca existieron ni remotamente. A veces uno mira atrás y no entiende como se podían hacer las cosas por la forma como hoy usamos y casi dependemos de la tecnología. Antes se jugaba por instinto y no había un proceso real de aprendizaje. Hoy el éxito lo marca el estudio del juego, entender las estadísticas, jugar con probabilidades, tratar de persuadir esos números para dominar al contrario. Quienes se mantienen en Grandes Ligas es porque estudian realmente lo que pasa en este nivel.

LL: Es decir...¿Se ha perdido la intuición en el campo?

HA: Para nada, sino que se acompaña con esta herramientas y pone el juego en un nivel más alto. En mi caso particular yo trabajo con receptores y lanzadores y tenemos siempre ese seguimiento del juego y de sus estrategias. Por ejemplo, sabemos la tendencia que tiene un bateador de hacerle swing al primer lanzamiento, así que le lanzamos strike con el pitcheo que ese bateador tiende a fallar más, por decir un caso. Estos reportes estadísticos se estudian y se traducen en señales en el campo . Yo desde el bullpen estoy dirigiendo el partido mentalmente, observando las situaciones, aprendiendo de los contrarios y del producto de nuestras ejecuciones y ese instinto se desarrolla con la experiencia.

LL: ¿Desde tu llegada a las Grandes Ligas cuál ha sido el mayor aprendizaje?

HA: Creo que la experiencia de trabajar con tres distintos staff de técnicos. Te da una mejor perspectiva de como hacer las cosas, como evaluar peloteros con distintos métodos, como ejecutar jugadas y dirigir a un equipo sobre la marcha del juego. Como técnico uno va creciendo con el aprendizaje y también viendo a los equipos contrarios. Creo que la experiencia de estar en la Liga Nacional es determinante por el tipo de pelota que se juega con las situaciones de doble cambio, los movimientos en el róster y la dirección hacia donde se guía un equipo.

LL: ¿Desde la perspectiva del coach hay diferencias o conflictos con las decisiones que toma el mánager?

HA: En la filosofía del equipo es el mánager quien tiene la última palabra. Eso no se discute. Quienes formamos parte de un cuerpo técnico entendemos eso y las decisiones casi siempre tienen un consenso, porque para eso siempre se piden opiniones e ideas que son muy valoradas, así que una decisión lleva en sí el respaldo del resto. Por ejemplo, John Russell cree en que cada jugador, sin importar que esté en Grandes Ligas, debe trabajar duro y entrenar a diario todos los fundamentos. Esa es su perspectiva, así que nosotros debemos impartir esa labor de enseñanza en todos los niveles buscando siempre el desarrollo del pelotero. Aún cuando hayan diferencias sobre como hacer las cosas no pueden haber conflictos, porque como técnico siempre se sigue la filosofía del mánager.

Andrade afina el trabajo diario del staff de lanzadores de los Piratas.

Detrás del plato

LL: La cosecha de las Águilas en la producción de receptores ha sido muy destacada. ¿Cuál ha sido el secreto?

HA: Mientras en Pittsburgh mi trabajo diario se enfoca en la preparación de los jugadores y trabajar con ellos aspectos especiales donde estén fallando, mi enfoque y labor con las Águilas ha sido desarrollar peloteros. Cuando comencé como técnico el club firmó una buena cantidad de receptores con potencial; yo tomé a tres muchachos bajo mi tutela y trabajé con ellos en todos los aspectos. Me refiero a Carlos Maldonado, Humberto Quintero y Guillermo Quiroz. Los tres pusieron mucho de su parte y aprovecharon sus habilidades y pudieron llegar todos a las mayores. esa ha sido una de mis grandes satisfacciones.

LL: ¿Cómo el es proceso de trabajo para un receptor?

HA: En Venezuela yo trabajo tres días con los receptores juntos sobre todo cuando estamos en Maracaibo. A veces es difícil hacer este tipo de entrenamiento especial en las giras porque tenemos el campo por tiempo limitado. Cuando estamos juntos trabajamos diferentes aspectos como el bloqueo, las reacciones a los toques de bola, los elevados, el tiro a las bases, los tiros desde los jardines, etc. Ese trabajo en conjunto crea una empatía entre los receptores y podemos compartir técnicas.

LL: ¿Y el juego mental?

HA: Bueno ese está basado en nuestras conversaciones posteriores. Incluso durante el juego, evaluar que falló para evitarlo, que se hizo bien para repetirlo, como se trabajó a un bateador, como se maximizan las fortalezas de un pitcher y como estudiar el contrario. Para un pelotero de este nivel, que ya tiene todas las herramientas, este es el aspecto más importante.

LL: ¿Cómo aprende un receptor a ¨llamar un juego¨?

HA: Primero se debe tener capacidad de concentración y retención y no dejarse opacar por la rapidez del juego. Se llevan anotaciones y estadísticas y se aprende de la experiencia porque cada jugador es distinto en las Grandes Ligas. Un cambio puede ser un cambio, pero no es lo mismo el cambio de Johan Santana, o el slider de Francisco Rodríguez. Se utilizan las fortalezas del lanzador y se van utilizando las distintas zonas del plato para buscar las debilidades del bateador, las cuales muchas veces ya se conocen en esta liga. Es un proceso de administrar y sacarle el jugo a lo mejor de un pitcher lanzamiento por lanzamiento.

LL: No puedo dejar de preguntarte por como viste a Stephen Strasburg en su debut ante ustedes...

HA: Wow, ese muchacho se va a perder de vista. Aún a este nivel es muy difícil enfrentar a un pitcher que no conoces y que viene con un pitcheo de 91 millas que es su cambio, luego una curva que rompe siempre en strike en 85 y luego una recta por el medio de 101 millas. Imagínate eso deja desconcertado a cualquiera. El es lo que se llama un ¨power pitcher¨. A mí me recordó a Nolan Ryan. A nuestro line-up lo dominó por completo lanzando todavía 98 millas en el sexto inning. Si sus condiciones se mantienen y su aptitud es la indicada va a ser un fenómeno.

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