La reencarnación del número 11
Omar Vizquel vestirá la camisa número 11 en el 2010 con los Chicago White Sox en el 2010. El veterano opina que es una forma de rendir tributo al primer Salón de la Fama venezolano cuyo legado debe ser transmitido a las nuevas generaciones de fanáticos.
La tradición de campos cortos venezolanos en las Grandes Ligas sumó esta semana un nuevo episodio al hacerse oficial que Omar Vizquel utilizará en su espalda el número 11 en la venidera temporada.
El emblemático sello de Luis Aparicio Montiel; único venezolano en el Salón de la Fama de las Grandes Ligas, toma ahora una nueva dimensión, se transforma en un legado y un lazo imborrable entre los dos mejores jugadores venezolanos en la historia del béisbol internacional.
Los patiblancos retiraron el número de Aparicio en 1984 con su ingreso a Cooperstown. Este es el mayor reconocimiento que un pelotero puede recibir por sus servicios hacia una organización. Igualmente la Liga Venezolana de Béisbol desactivó para siempre este número en toda Venezuela. En Chicago y en la liga invernal criolla, nadie, absolutamente nadie, puede portar el 11 en la espalda. Es y por siempre será de Luisito.
Pero cuando los White Sox decidieron darle a Vizquel un contrato de trabajo para su temporada número 22 en las mayores, la duda sobre el número fue el primer tema.
Vizquel popularizó en su época el número 13, reiterando el homenaje a David Concepción y siguiendo una línea hereditaria con Oswaldo Guillén, a quien encuentra en su llegada al nuevo club como mánager.
El número es algo especial en este juego. Es como una marca personal, da confianza y autoestima, sentido de pertenencia y de superstición. Para los criollos en las mayores, portar el 11 o el 13 es sinónimo de rendir tributo. Significa gritar a los 4 vientos en el más discreto silencio: ¡Soy venezolano! Rendir tributo es un acto de prestigio y honor, además es reverenciado por los fanáticos.
Así que mi invitado de esta semana no puede ser otro que el mismo Omar Vizquel, quien sabía que su firma con los Medias Blancas le costaría su eterno número, de ahí salieron las opciones: el 17, por Carrasquelito, el 23 por ser su número con el Caracas y el 11 por Aparicio, una opción muy poco real. El peso de su carrera y su respeto en el terreno de juego y fuera de él, conllevaron a hacer fácil lo difícil.
Con la elegancia que caracteriza al ¨manos de seda¨ , se aprestó a emitir su saludo: ¨¿Qué pasó bichito…como ´tá la vaina?¨
Leonte: ¡¡¡Qué dice el caraqueño que usará el número de un maracucho!!!
Vizquel: Jajajaja. Lo sé, que vaina con ustedes mi pana, pero te digo que con mucha honra, porque seguir los pasos de la carrera de Aparicio es algo que nunca imaginé.
LL: ¿Cómo te sientes ante todo esto?
OV: Me siento increíblemente halagado por la confianza de Don Luis de permitirme usar su número y por el trato de los Medias Blancas en su gestión. Imagínate la responsabilidad que siento al llevar un número retirado. Me siento humilde y bendecido. Debo poner lo mejor de mi y debo tenr
El emblemático sello de Luis Aparicio Montiel; único venezolano en el Salón de la Fama de las Grandes Ligas, toma ahora una nueva dimensión, se transforma en un legado y un lazo imborrable entre los dos mejores jugadores venezolanos en la historia del béisbol internacional.
Los patiblancos retiraron el número de Aparicio en 1984 con su ingreso a Cooperstown. Este es el mayor reconocimiento que un pelotero puede recibir por sus servicios hacia una organización. Igualmente la Liga Venezolana de Béisbol desactivó para siempre este número en toda Venezuela. En Chicago y en la liga invernal criolla, nadie, absolutamente nadie, puede portar el 11 en la espalda. Es y por siempre será de Luisito.
Pero cuando los White Sox decidieron darle a Vizquel un contrato de trabajo para su temporada número 22 en las mayores, la duda sobre el número fue el primer tema.
Vizquel popularizó en su época el número 13, reiterando el homenaje a David Concepción y siguiendo una línea hereditaria con Oswaldo Guillén, a quien encuentra en su llegada al nuevo club como mánager.
El número es algo especial en este juego. Es como una marca personal, da confianza y autoestima, sentido de pertenencia y de superstición. Para los criollos en las mayores, portar el 11 o el 13 es sinónimo de rendir tributo. Significa gritar a los 4 vientos en el más discreto silencio: ¡Soy venezolano! Rendir tributo es un acto de prestigio y honor, además es reverenciado por los fanáticos.
Así que mi invitado de esta semana no puede ser otro que el mismo Omar Vizquel, quien sabía que su firma con los Medias Blancas le costaría su eterno número, de ahí salieron las opciones: el 17, por Carrasquelito, el 23 por ser su número con el Caracas y el 11 por Aparicio, una opción muy poco real. El peso de su carrera y su respeto en el terreno de juego y fuera de él, conllevaron a hacer fácil lo difícil.
Con la elegancia que caracteriza al ¨manos de seda¨ , se aprestó a emitir su saludo: ¨¿Qué pasó bichito…como ´tá la vaina?¨
Leonte: ¡¡¡Qué dice el caraqueño que usará el número de un maracucho!!!
Vizquel: Jajajaja. Lo sé, que vaina con ustedes mi pana, pero te digo que con mucha honra, porque seguir los pasos de la carrera de Aparicio es algo que nunca imaginé.
LL: ¿Cómo te sientes ante todo esto?
OV: Me siento increíblemente halagado por la confianza de Don Luis de permitirme usar su número y por el trato de los Medias Blancas en su gestión. Imagínate la responsabilidad que siento al llevar un número retirado. Me siento humilde y bendecido. Debo poner lo mejor de mi y debo tenr
LL: ¿Cómo surge la idea?
OV: Cuando se produce la firma, Guillén fue el primero que sacó el tema del número: ¨Si muy bueno traer a Vizquel, pero que se olvide de su número, porque en Chicago, el 13 soy yo! ¨ Y el tiene razón. Le tengo mucho respeto a Oswaldo y él ha hecho mucho por esta franquicia. Pensé en opciones como el 17 ó el 23, pero nada se sentía bien.
Estaba en Maracaibo almorzando con Aparicio con motivo de la celebración de su día de homenaje, el 11/11, y le pregunté que si podía utilizar su número esta temporada en Chicago. El se detuvo un momento, lo pensó y luego sonrió y me dijo: ¨Te voy a decir algo, si hay alguien que pueda usar ese número eres precisamente tu Omar¨. Yo me emocioné y luego llamaron a Chicago de su parte. El dueño de los Medias Blancas Jerry Reinsdorf personalmente llamó a Luis para conversar sobre eso, a él también le gustó la idea y el equipo aceptó la propuesta.
LL: Han surgido comentarios por el hecho que te hayan dejado utilizar el número de un Salón de la Fama, bajo su mismo permiso, podría significar un punto a tu favor entre los electores al recinto…¿Cuál es tu opinión?
OV: ¡Oye ya esas son palabras mayores! Yo no se si esto influya o no y no me preocupa por ahora, sino seguir con mi carrera y disfrutar el juego todos los días que me queden. Llegue o no llegue al Salón de la Fama, creo que con el sólo hecho de tener la bendición de Aparicio para usar su número en Chicago significa quizás la mayor satisfacción de mi carrera por el hecho de que alguien de su talla reconozca mi granito de contribución al juego.
LL: ¿Qué expectativas tienes con respecto a los fanáticos en Chicago y el número?
OV: En realidad no se si habrá algo especial con respecto a lo que los Medias Blancas puedan promocionar sobre esa línea hereditaria de campos cortos venezolanos. Pero algo si te voy a decir mi pana que esto lo hago también para que las generaciones actuales sepan, tanto en los Estados Unidos como en Venezuela, quien fue Luis Aparicio, su legado, su carrera la calidad que dejó en el terreno y su rectitud personal y familiar. Debemos estimular un mayor conocimiento sobre su legado.
Adiós al 13
LL: ¿Qué vas a hacer con todas tus implementos con el número 13?
OV: No nada. Pa` que sepas que yo a nada le pongo el número. Yo soy muy sencillo. Uso el mismo guante desde que llegue a las Grandes Ligas, uso pocos pares de zapatos, dos guantes por temporada y listo. Yo le pido muy poco a mis proveedores. Esos son los novatos de ahora que llegan y quieren tener todo personalizado y hasta exigen su número. Yo cuando subí con los Marineros sólo me dieron unos zapatos, un guante y a jugar.
LL: ¿Pero no se siente raro?
OV: Eso no te lo niego, si se siente raro porque ya ese 13 era yo. Ahora usar el 11 no será igual y la intención es otra. De hecho, al principio quería pedirle a las Grandes Ligas que permitieran tener dos treces en el equipo…jajajaja… eso si sería irreverente, pero si lo permiten en Juegos de Estrellas, por que no en un equipo. Además ya Guillén no juega, y a mi me quedan un par de cartuchos.
LL: ¿Qué números utilizabas antes de llegar a las mayores?
OV: Cuando jugaba en los Criollitos mis papás escogían los uniformes por mi…el 17, el 4, el 24. En Ligas Menores no pedía nunca nada y me daban cualquiera. Cuando subí a las Grandes Ligas me dieron el 42. Luego el jefe del clubhouse Henry Genzale me dio el 13 después que bajaron a un pitcher que lo tenía. Desde ahí comenzó todo.
LL: ¿Te das cuenta que comenzaste tu carrera con el 42, el número retirado por los todas las en honor a Jackie Robinson, y estas a punto de terminar tu carrera con el número de Aparicio?
OV: Wow…jejeje. No había nunca pensado en eso, pero tienes razón. Del 42 hasta el 11. Quizás tuve suerte desde el principio. Con el 13 ha sido una carrera de muchos sacrificios y éxitos y me siento orgulloso. Espero haber siempre dejado bien parao` el nombre de mi país y de seguirlo haciendo con un nuevo número en la espalda y el significado que tiene.
OV: Cuando se produce la firma, Guillén fue el primero que sacó el tema del número: ¨Si muy bueno traer a Vizquel, pero que se olvide de su número, porque en Chicago, el 13 soy yo! ¨ Y el tiene razón. Le tengo mucho respeto a Oswaldo y él ha hecho mucho por esta franquicia. Pensé en opciones como el 17 ó el 23, pero nada se sentía bien.
Estaba en Maracaibo almorzando con Aparicio con motivo de la celebración de su día de homenaje, el 11/11, y le pregunté que si podía utilizar su número esta temporada en Chicago. El se detuvo un momento, lo pensó y luego sonrió y me dijo: ¨Te voy a decir algo, si hay alguien que pueda usar ese número eres precisamente tu Omar¨. Yo me emocioné y luego llamaron a Chicago de su parte. El dueño de los Medias Blancas Jerry Reinsdorf personalmente llamó a Luis para conversar sobre eso, a él también le gustó la idea y el equipo aceptó la propuesta.
LL: Han surgido comentarios por el hecho que te hayan dejado utilizar el número de un Salón de la Fama, bajo su mismo permiso, podría significar un punto a tu favor entre los electores al recinto…¿Cuál es tu opinión?
OV: ¡Oye ya esas son palabras mayores! Yo no se si esto influya o no y no me preocupa por ahora, sino seguir con mi carrera y disfrutar el juego todos los días que me queden. Llegue o no llegue al Salón de la Fama, creo que con el sólo hecho de tener la bendición de Aparicio para usar su número en Chicago significa quizás la mayor satisfacción de mi carrera por el hecho de que alguien de su talla reconozca mi granito de contribución al juego.
LL: ¿Qué expectativas tienes con respecto a los fanáticos en Chicago y el número?
OV: En realidad no se si habrá algo especial con respecto a lo que los Medias Blancas puedan promocionar sobre esa línea hereditaria de campos cortos venezolanos. Pero algo si te voy a decir mi pana que esto lo hago también para que las generaciones actuales sepan, tanto en los Estados Unidos como en Venezuela, quien fue Luis Aparicio, su legado, su carrera la calidad que dejó en el terreno y su rectitud personal y familiar. Debemos estimular un mayor conocimiento sobre su legado.
Adiós al 13
LL: ¿Qué vas a hacer con todas tus implementos con el número 13?
OV: No nada. Pa` que sepas que yo a nada le pongo el número. Yo soy muy sencillo. Uso el mismo guante desde que llegue a las Grandes Ligas, uso pocos pares de zapatos, dos guantes por temporada y listo. Yo le pido muy poco a mis proveedores. Esos son los novatos de ahora que llegan y quieren tener todo personalizado y hasta exigen su número. Yo cuando subí con los Marineros sólo me dieron unos zapatos, un guante y a jugar.
LL: ¿Pero no se siente raro?
OV: Eso no te lo niego, si se siente raro porque ya ese 13 era yo. Ahora usar el 11 no será igual y la intención es otra. De hecho, al principio quería pedirle a las Grandes Ligas que permitieran tener dos treces en el equipo…jajajaja… eso si sería irreverente, pero si lo permiten en Juegos de Estrellas, por que no en un equipo. Además ya Guillén no juega, y a mi me quedan un par de cartuchos.
LL: ¿Qué números utilizabas antes de llegar a las mayores?
OV: Cuando jugaba en los Criollitos mis papás escogían los uniformes por mi…el 17, el 4, el 24. En Ligas Menores no pedía nunca nada y me daban cualquiera. Cuando subí a las Grandes Ligas me dieron el 42. Luego el jefe del clubhouse Henry Genzale me dio el 13 después que bajaron a un pitcher que lo tenía. Desde ahí comenzó todo.
LL: ¿Te das cuenta que comenzaste tu carrera con el 42, el número retirado por los todas las en honor a Jackie Robinson, y estas a punto de terminar tu carrera con el número de Aparicio?
OV: Wow…jejeje. No había nunca pensado en eso, pero tienes razón. Del 42 hasta el 11. Quizás tuve suerte desde el principio. Con el 13 ha sido una carrera de muchos sacrificios y éxitos y me siento orgulloso. Espero haber siempre dejado bien parao` el nombre de mi país y de seguirlo haciendo con un nuevo número en la espalda y el significado que tiene.
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