St. Louis: el arco, el blues, el béisbol y sus estrellas.

Busch Stadium de St. Louis se apresta a recibir a las estrellas de las Grandes Ligas por primera vez desde 1966. El parque muestra una de las panorámicas más pintorescas del béisbol con el arco-monumento a Jefferson de fondo.


St Louis es una ciudad donde el reloj corre mas lento.

Los ríos Mississippi y Missoui rodean gran parte del centro de la ciudad dándole vida y actividad a esta comunidad.

Una combinación de edificios modernos, hoteles lujosos, construcciones históricas, jardines, fuentes y plazas alrededor de calles impecablemente limpias y llenas negocios locales que se han convertido, en el ultimo siglo, en mega-empresas trasnacionales.

St. Louis cobró importancia como centro comercial a finales del siglo 19 porque era la ciudad grande más al oeste de los Estados Unidos.

Por estas calles resuena el blues, la música que carga el alma de esta zona. Los afro americanos gozaron de mayores libertades por acá e incluso tuvieron su propia aristocracia a principios del siglo 20. Su influencia es innegable. Este ritmo adorna los oídos de residentes y visitantes a toda hora.

En este verano el sol es radiante y la temperatura pica los 33 grados celcius. Los rayos chocan contra una híper genialidad de la ingeniería moderna: un arco gigantesco que adorna el paisaje. Este es el orgullo y referencia de sus habitantes.

El arco es el monumento mas alto de los Estados Unidos construido por la mano del hombre. El Jefferson Expansion Memorial Arch, es básicamente un homenaje a la idea de Thomas Jefferson de expandir la nación americana hacia el oeste.

Por cierto, se puede subir hasta lo mas alto en solo 4 minutos en un mini carrito que va por dentro. La vista desde arriba es espectacular.

All-Star City

Este centro industrial, comercial y cultural es la sede del Juego de las Estrellas, el evento que reúne a todo el béisbol dentro y fuera del terreno.

Los locales dicen que la mejor ciudad de béisbol y la fanaticada más fiel de este país esta acá. En los preparativos para el evento de 4 días todos están involucrados.

Mi guía local es Maurice, un afro americano de 62 anos nacido y criado en St. Louis. Al conocerlo le pregunte: " Eres fanático de los Cardinals?" Y antes de terminar me respondió: "Ellos son mi vida!".

"Estamos esperando este evento desde hace mucho tiempo, tenemos altas expectativas de que toda esta comunidad demuestre no solo que somos la mejor ciudad de béisbol de este país, sino también tendremos el mejor juego de estrellas de nuevo. Yo fui al ultimo que se jugo acá en 1966, y pocas cosas han cambiado desde entonces" dice Maurice con su marcado acento y un gran sentido del humor.

En relación al béisbol han cambiado algunas cosas desde 1966. La misma gorra, el mismo uniforme, los mismos fanáticos y la misma tradición. Sin embargo Stan Musial "The Man", ahora esta sólo en estatuas, y el que roba la atención es ahora un dominicano, hijo adoptivo de esta ciudad, cuyo apodo solo tuvo que ser traducido a "El Hombre". El rostro de Albert Pujols, se puede ver en cada esquina.

El parque sigue llamándose Busch Stadium, pero ya no es aquel anillo blanco art deco. Hoy es un parque cuyo diseño festeja los anos 30 con servicios, facilidades y lujos modernos.

"El nuevo parque ha sido una bendición para todos" dice Maurice, "A mi me recuerda al Sportsman Park, el parque original de los Cardinals".

"Esta es una ciudad muy tranquila y lenta, disfrutamos de las cosas nuestras y las ponemos siempre por delante, nuestros equipos, nuestro blues, nuestro arco, nuestros lugares y nuestra gente. Somos muy pegados a las tradiciones y a preservar el pasado, es por eso que nuestra esencia esta intacta, eso es lo que queremos proyectar a quienes se involucren con este evento." afirma el veterano residente.

Mucho más que un juego

La cámara de comercio de St. Louis espera que las actividades le inyecten alrededor de $60 millones de dólares a la economía local en estos cuatro días. Muy buen dinero en estos tiempos de recesión económica, que se siente en todas partes.

El viernes arranco el Festival del Fanático en el centro de convenciones. Un súper complejo cerrado con actividades interactivas, clínicas por parte de peloteros y leyendas, autógrafos, souvenirs y cualquier cosa "comprable" relacionada al béisbol.

El sábado, 30 mil personas se dieron cita a las orillas del Mississippi, bajo el majestuoso arco para celebrar el Juego de Estrellas con un concierto a beneficio de la investigación para el cáncer por parte de la multiganadora del Grammy Sheryl Crow, nativa de St. Louis, y la leyenda de la música popular americana Elvis Costello.

Cuando canto el tema "My home" (Mi hogar) el arco tembló con los gritos de la gente. Mas de uno lloro de sentimiento. Son buenos momentos para quienes viven acá y quienes visitan.

Hoy domingo Busch Stadium abre sus puertas al Juego de las Futuras Estrellas, que se ha convertido en un gran atractivo, pues sus participantes realmente saltan al estrellato. Pregúntenle al Kung Fu Panda, Pablo Sandoval, quien hace un año participó en el juego.

El lunes los edificios del centro tendrán que reforzar sus ventanas por el Festival de Cuadrangulares, que tiene como favorito a el muchacho local, Albert Pujols.

El martes después de una majestuosa ceremonia chocarán las estrellas por la disputa de la ventaja de localía en la Serie Mundial.

Y los Cardinals en primer lugar. Realmente son buenos tiempos.

En cada esquina, cada bar, cada restaurant esta contagiado del evento. Al caminar por las calles es común conseguirse a un Orlando Cepeda, un Ferguson Jenkins, Luis Aparicio, algún ex jugador de los Cardinals como Vince Coleman o Willie McGee. Es la capital de este deporte por estos días.

"Nuestro mensaje es claro y queremos que lo sepan todos: somos la mejor ciudad de béisbol del país, duélale a quien le duela, sobre todo a Chicago y a sus Cubs, a quienes les enviamos una foto del trofeo de la Serie Mundial del 2006" dice Maurice por molestar a sus archirrivales. "Eso es algo que nunca más van a ver".

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hábil con ambas manos

Lo siento David…¡Pero no vas!

La gaita que suena en Arizona