Zapatero a su zapato
Hablemos del Clásico Mundial de Béisbol del 2009. Un torneo lleno de imperfecciones organizativas, empezando porque no están todos los que son, ni son todos los que están presentes. Partiendo del hecho de que el evento debería incuír a ¨todos¨ los países con tradición y práctica del deporte, y no lo hace, pues de en adelante podemos esperar decisiones que quizás no sean las más convenientes en su organización.
Decisiones que se toman desde el cerebro organizativo de Major League Baseball, hasta el manejo independiente de cada país y los factores que intervienen en la confección de un equipo. En el caso de Venezuela se compone de las autoridades deportivas de la nación (Federación, Comité Olímpico y Ministerio), de la liga profesional y sus aliados comerciales.
Un evento tan complejo no escapa a errores. Siempre va a existir algo que sin intención no funciona bien para ciertos gustos. Pasa hasta en Mundiales de Fútbol, Juegos Olímpicos y hasta en las ligas profesionales más grandes del mundo. Claro, la intención es que estas ¨fallitas¨ no afecten a los protagonistas del evento, los atletas y los fanáticos, para poder alcanzar el éxito: competir hasta conseguir un ganador.
Por esto es que los comentarios recientes de Johan Santana y los guerrilleros de Detroit (Magglio, Carlos Guillén y José Miguel Cabrera) me han dejado fuera de onda y he tenido que tomarme unos días para entender y asimilar que es lo que pasa. Ellos no deberían condicionar su participación por una decisión que no les incumbe.
Durante la cobertura del primer clásico supe, por ejemplo, que muchos peloteros se quejaron por las entradas de cortesía. Cada uno tenía derecho a 4 entradas, pero a ¨algunos¨ no les basta y llegaron a pedir hasta 20 boletos. Si el parque está totalmente vendido, ¿cómo esperan que los directivos complazcan sus peticiones? ¿Será que para ellos es más importante que sus invitados estén en el juego, que el fanático común que compra su boleto?
Nunca he visto a uno de estos jugadores de alto calibre solicitarle 20 boletos a sus respectivos equipos de Grandes Ligas, porque la respuesta sería un no rontundo. Las reglas son las reglas en las mayores. Pero algunos sólo le respetan las reglas a los ¨gringos¨, porque en Venezuela hacen ¨lo que les da la gana¨. Incluso llegué a escuchar en el 2006 sobre quejas porque la comida era a una hora específica y no a la hora que ¨me diera la gana¨, y hasta jugadores reclamando que no recibían habitaciones de hotel demás para sus invitados.
Entonces, si los directivos no complacen a los bebés en todas sus malcriadeces son ellos los malos y los desorganizados.
Lo mismo pasa con la designación de Luis Sojo cómo mánager. Yo nunca vía Sojo tomando un turno, no creo de verdad que fue por Sojo que el equipo haya dejado un promedio colectivo .186 en el torneo. Estamos hablando de ¨caballos¨ de Grandes Ligas, como ellos mismos dicen, y no creo que el manejo de Sojo haya influído para tan pobre rendimiento ofensivo.
Que Pedrique haya dirigido en las mayores...bien por él. Es más debería ser coach de banca. Pero no es un motivo para que Sojo no esté al frente del equipo. No sólo demostró durante su carrera como jugador esa garra e inteligencia en el terreno, sino que ha hecho una buena transición al lado técnico, donde ha cumplido funciones de alta responsabilidad con los Yankees, y en Venezuela, llevó al Cardenales a la final el año pasado. El Sojo mánager del 2009 es sin duda más experimentado.
Esta confusión me hizo levantar el teléfono y llamar a quien si es un verdadero ¨caballo¨. Me refiero al capitán, Omar Vizquel. En mis conversaciones con el futuro Salón de la Fama sobre el clásico, siempre me queda un sentimiento de optimismo, de que Venezuela tiene el potencial para ganar el torneo y que existen aún jugadores que ¨le echan cojones¨ al asunto por amor al juego. Él es uno de ellos. Y a sus 41 años, tenía la seguridad que encontraría una voz razonable y objetiva en el caso. Por eso interrumpí su almuerzo en Houston antes del juego contra los Astros.
Omar, ¿qué opinas de estas declaraciones de quienes no quieren jugar en el Clásico?
Te digo que es lamentable su posición. Deberíamos todos precuparnos más por defender nuestra camiseta y ver de que forma podemos engranar mejor al equipo para que hagamos un mejor papel en el torneo. Ellos tienen su derecho de criticar a quien sea, pero no para llegar al punto de declinar su participación porque no les cae bien algún directivo, o porque hubo algún aspecto que no les gustó en el 2006, o porque prefieren otro mánager. Creo que debemos enfocarnos en jugar, porque muchos pueden gerenciar pero somos nosotros los que debemos rendir en el terreno y es ahí donde debe estar nuestra concentración. Nosotros debemos amoldarnos a la organización del equipo y trabajar en base a ellos. Todos los involucrados queremos lo mejor.
¿Estás de acuerdo con que Luis Sojo repita como mánager?
Por supuesto que sí. Sojo nos conoce a todos y sabe hasta donde pueden rendir sus jugadores. Creo que es justo para él darle una segunda oportunidad. Esto no es una temporada completa sino un torneo corto, y él ya lo conoce y conoce a los equipos contrarios. Estoy de acuerdo con su designación porque además ahora tiene más experiencia como técnico.
¿Cómo evalúas el trabajo de Sojo en el Clásico pasado?
No te voy a decir que su manejo fue impecable. Sabemos que todos cometimos errores. Él también tomó decisiones que a veces no fueron las indicadas, pero eso viene con el puesto de mánager. Un mánager tiene derecho a equivocarse. La ofensiva de nosotros no fue buena y eso fue el principal factor de la eliminación. Ahora tendrá la oportunidad de aprender de esos errores y hacer un mejor papel. Todos queremos ganar y si soy convocado también pondré mi esfuerzo en lograr esa meta.
¿Cómo así que convocado? ¿Tu participación debería estar asegurada, o no?
Bueno yo soy el primero que quiere ir. Para mi, el mayor orgullo fue ser el capitán del equipo, pero hasta ahora no he recibido ninguna llamada. Pero mi pana, yo sinceramente te digo que quiero jugar, quiero que hagamos un buen papel y sea cual sea mi rol, si me llaman, voy a estar porque tenemos un compromiso con el país.
¿O sea, aún no hay retiro?
Claro que no. Este año ha sido difícil para mi por la operación de la rodilla y por el hecho de que no he podido cojerle el ritmo a la temporada tras mi regreso. Por eso el equipo ha preferido que los novatos jueguen más. Al final de la temporada esperaré ofertas a ver si me quedo en San Francisco, pero está en mis planes jugar en el Clásico si me convocan, porque creo que tenemos la oportunidad de hacer un mejor papel. Ya conocemos el torneo, ya tenemos la experiencia del primero y se aprenderá de los errores.
Esta conversación calmó mis inquietudes, pues coincido con Omar.
El trabajo del jugador es jugar, no gerenciar, ni formar parte del comité organizador. Por eso está francamente fuera de lugar el hecho de que Magglio diga que en el comité haya una ¨mafia¨ o que Santana diga ¨con esta gente al frente yo no juego¨. Pueden tener sus opiniones y sus favoritos como todos, y se les respetan y hasta estoy seguro que fueron consideradas. Nunca escuché a Santana decir que el no jugaría para los Mets bajo un mánager o el otro, o a Cabrerita diciéndole a Detroit que sus directivos no sirven y que otros harían mejor papel que ellos.
La selección es una organización como tal y debe respetarse. No niego que alguno directivo no sea la persona más agradable, pero fue desigando por un comité para hacer un trabajo. Será decisión del comité mover su personal, no de los peloteros.
El pelotero, si quiere jugar sin poner excusas, debe asimilar que esta es una selección que va a representar al deporte más grande de nuestro país en el torneo más prestigioso que existe en la especialidad. Deben recordar sus días en pequeñas ligas donde ansiaban su escogencia a un equipo.
Como máximos exponentes se deben hacia ese país que los apoya para lograr una victoria conjunta y conseguir un verdadero júbilo nacional, y si el mismo se alcanza será más grande y trascendente que un premio Cy Young, un título de bateo o la victoria en la Serie Mundial. Es mentira que los logros de los venezolanos en el terreno son para el país; al contrario, son para ellos mismos y sus equipos. Sino pregúntense ¿qué ha tenido más significado para nuestro béisbol, el título de los héroes del 41, o alguna hazaña de algún venezolano en las grandes ligas? El Clásico es la verdadera oportunidad que tiene el jugador para brindarle un triunfo a su patria.
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