Clemens es realmente estúpido
En una época donde ya todos nos quitamos la máscara del engaño sobre el uso de esteroides en el béisbol, donde sabemos que la mayoría de los jugadores consumían alegremente sustancias en una liga a la cual parecía no importarle en lo más mínimo, donde nada estaba prohibido y nada parecía hacer daño; aún quedan jugadores como Clemens que ponen por delante su imagen, y hasta su libertad, ante una situación totalmente estúpida.
Clemens es un icono americano, o al menos así se considera el mismo. Es un tipo orgulloso de sus 7 premios Cy Young, de su gloriosa carrera de 24 temporadas. Es uno de los últimos lanzadores arrogantes e intimidantes. Su presencia en el montículo causa respeto y nervios a cualquiera. Es el Nolan Ryan de ésta época.
Tras 24 temporadas y 354 victorias no creo que tenga nada más que probar en su carrera. De hecho, cuando tenía 280 victorias y menos de 20 temporadas tampoco tenía nada que probar. Clemens es uno de los atletas más destacados en el planeta en los últimos 50 años. Su talento nunca fue cuestionado pues desde su llegada a las mayores con los Boston Red Sox fue toda una estrella. Antes de llegar a las Grandes Ligas ya era una estrella en la Universidad de Texas.
Es aquí donde el Rocket tiene que lanzar su mejor partido al decir la verdad y salir con la frente en alto. Sin embargo, es un poco tarde en estas alturas. Su orgullo quedaría destrozado y su palabra por el suelo. Clemens va a morir de pie.
Es precisamente por todo esto que no entiendo y no entenderé. Primero hasta donde puede llegar el ego. Segundo, hasta que punto se puede mentir.
Tras la publicación del Reporte Mitchell sobre el uso y distribución de esteroides en las Grandes Ligas, el nombre de Clemens se menciona en 82 ocasiones.
Uno de los colaboradores de la investigación fue Brian McNamee, un preparador físico que trabajaba con Clemens desde 1998 en Toronto y que tras su cambio a los Yankees en 1999, siguió como su entrenador personal . McNamee era un distribuidor de esteroides que inyectó a Clemens, Andy Pettitte y Chuck Knoblauch.
La investigación del Senador Mitchell contó con la ayuda de agentes del FBI para buscar testimonios veraces, más no para abrir averiguaciones legales (salvo en los casos que ameritara). McNamee colaboró. Fue referido en la cadena de distribución por Kirk Radomski, ex-empleado del clubhouse de los Mets, quien era uno de los principales artífices de una red de distribución de anabólicos entre jugadores de Grandes Ligas a finales de los 90.
Siempre he pensado que el Reporte Mitchell es un instrumento inútil para combatir el consumo de esteroides. La estrategia pareciera ser mostrar a quienes lo han hecho y ridiculizarlos públicamente. Desde el punto de vista ético para jugadores de la talla de Roger Clemens podría afectar la opinión de los votantes para el Salón de la Fama. Para este tipo de atletas este punto de honor quizás vale la libertad misma.
En realidad no se decir si Clemens tuvo o no necesidad de consumir esteroides y en que punto en su carrera lo hizo. José Canseco escribió en su libro Juiced ¨Clemens es un experto en el tema de los esteroides. McNamee dijo ¨Yo lo inyecté 16 veces, incluso inyecté a su esposa para unas fotos de Sports Illustrated¨. El ex-lanzador de los Yankees Jason Grimsley señaló a Clemens como un consumidor de esteroides cuando colaboró con investigaciones del FBI sobre el tráfico de anabólicos prohibidos.
Horas antes de la audiencia de Clemens ante McNamee en el Congreso de los Estados Unidos este 13 de febrero, su gran amigo y compañero Andy Pettitte reveló en una declaración jurada y por escrita ante el Congreso que Clemens le dijo haber utilizado la hormona de crecimiento humano hace 10 años.
No puede ser que todos estén errados. En este punto ya el consumo o no y sus repercusiones no importan. La ética del uso de esteroides quedó atrás. Lo que importa para las autoridades norteamericanas es el simple hecho de distinguir la verdad de la mentira bajo juramento ante autoridades.
La verdad, te libra, a pesar de sus repercusiones. La mentira descubierta podría costar la libertad.
Clemens ha sido el único jugador que ha llevado esta situación al límite sin calcular que esto podría traerle consecuencias legales por acciones no ilegales. A estas alturas lo ilegal no es consumir esteroides, es no reconocer su consumo. ¿Estúpido no?
El Cohete dijo públicamente que McNamee miente, que sólo recibió de él inyecciones de vitaminas. McNamee dice que no tiene necesidad de mentir. El pasado 7 de enero Clemens abrió un proceso legal en contra de McNamee por difamación, el cual éste ha enfrentado sin aparente miedo. El pedestal que levantó con su talento podría desmoronarse, más aún si se demuestra que realmente consumió sustancias ¨no prohibidas¨ para la época.
Si Clemens dice la verdad, muchos testimonios serios incluyendo a los de Pettitte y el Senador Mitchell quedarían en ridículo. Pero si Clemens es el mentiroso, quedaría para la historia como tal. Ya quizás es tarde para pedirle consejos a Pete Rose en este sentido.
Pettitte reconoció que realmente fue inyectado por McNamee con hormonas de crecimiento humano durante una lesión, pero que al fin y al cabo eso no era prohibido. Listo, un par de preguntas incómodas de los medios y caso cerrado. Pettitte está saliendo ileso del asunto.
Con o sin esteroides Clemens es un grande del béisbol. Sus 7 Cy Young no son producto de los esteroides. Si fuera por esto, Jason Grimsley hubiese ganado 30 juegos en una temporada.
Barry Bonds es quizás uno de los mayores consumidores de anabólicos del béisbol moderno. ¿Conectó 70 jonrones en una temporada por esteroides? Quizás si, pero sin esteroides hubiesen sido 50. En el reporte Mitchell se señala a Benito Santiago como consumidor, y nunca vi que este receptor boricua llegara a 40 vuelacercas.
En el béisbol el talento no se inyecta. Roger Clemens busca desesperadamente limpiar su nombre desde el punto de vista ético sin darse cuenta al parecer que la ética va de la mano de las regulaciones.
No soy quien para decidir quien dice la verdad, pero en mi opinión personal no le creo absolutamente nada a Clemens. Aún así, sigue siendo uno de los mejores lanzadores en la historia y merece un lugar en el Salón de la Fama.
Pese a todo, en esta situación sólo Clemens pierde. El punto es ¿Hásta dónde está dispuesto a perder?
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