En las orillas del Lago Otsego
Un lago rodeado de montañas que parece un espejo y a sus orillas una villa con casas de más de 100 años perfectamente conservadas. Calles impecables, pocos carros, una brisa fresca con un sol radiante en el medio de un verdor infinito. Aquí el tiempo pasa más lento y en el ambiente hay una extraña sensación de que algo mágico se guarda muy cerca. Es Cooperstown, Nueva York, el hogar del Salón de la Fama del Béisbol de las Grandes Ligas. Este fin de semana la acostumbrada calma se rompe con el evento más grande del año por estos valles, lo que sus 2.100 residentes llaman “la inducción”; el acto anual de exaltación al Salón a quienes fueron escogidos por la Asociación de Cronistas de Béisbol de los Estados Unidos. El turno este verano es para Tony Gwynn y Cal Ripken Jr. El pueblo y sus alrededores están de cabeza. Se espera que este año tengan más visitantes que en cualquiera de las anteriores ediciones de la inducción que se vienen realizando anualmente desde 1936. La Directora