¡Hasta siempre mijo!
Parece que fue ayer, el día que te vi como un novato usando el número 20 para las Águilas del Zulia, y por los parlantes anunciaban que abrirías por primera vez en tu carrera, un domingo con mucho sol contra los Tigres de Aragua. Desde ese mismo día mostraste el talento que te acompañaría en los venideros años. Mostraste el amor por lanzar bajo el sol inclemente de Maracaibo, y lograste el sueño de todo chico que juega pelota en la tierra de Aparicio: colocarse la camisa y los colores de las Águilas. Como todos en ese momento estábamos extasiados de orgullo por las hazañas de Wilson, recuerdo como aprovechabas cada momento que tuvieras disponible para escuchar los consejos y la experiencia que traía. Recuerdo cuando le dijiste que algún día se verían las caras frente a frente en un parque de Grandes Ligas, y parece que fue ayer cuando llegaste a medirte a tu ídolo en Chicago cumpliendo esa promesa. ¡Coño Géremi, la vida si es jodida! Dios te dio el talento, el corazón y el carácter