2010: Otro año de evolución de la pelota venezolana

En el medio de la carrera hacia la postemporada y con una semana por delante para aún definir completamente la clasificación es un buen momento para relajarnos y analizar, desde nuestra perspectiva, algunos de los aspectos más relevantes positivos, negativos y hasta embarazosos del béisbol venezolano en la campaña de Grandes Ligas 2010.

La explosión: Carlos González

Todos en Venezuela conocían sobre las condiciones de Carlos González desde su debut con las Águilas del Zulia. En su paso por la organización de Arizona siempre fue conceptuado como uno de sus mejores prospectos pero con un problema de actitud. Fue cambiado a Oakland en el 2007 donde recibió la oportunidad de jugar en las mayores sin embargo este equipo no quedó convencido de sus servicios por su pobre promedio ante lanzadores zurdos. Al ser transferido a Colorado ya el zuliano entendía su nuevo enfoque y mentalidad dejando promedio de .284 con 13 HR lo que sería sólo una ayuda para la clasificación de Colorado y una previa de lo que vendría. En la postemporada se fue de 19-10 para promediar .588 con un cuadrangular dejando claro quién era la nueva estrella de las montañas rocosas.

Esta temporada Car-Go coquetea con ganar la triple corona ofensiva de la Liga Nacional y experimenta una de las mejores temporada para jugadores venezolanos de posición en la historia de las Grandes Ligas, comparada con las de los títulos de bateo para Andrés Galarraga y Magglio Ordóñez. Lidera la Nacional en promedio y remolcadas pero le será difícil alcanzar a Albert Pujols en cuadrangulares. Además de liderar la liga en % de slugging suma también 25 bases robadas y una versatilidad defensiva ideal para los Rockies balanceando su tiempo de juego en las tres posiciones de los jardines de acuerdo a la necesidad, cometiendo sólo 1 error y acumulando 8 asistencias en la temporada.

Con estos números y un equipo de Colorado que lucha por su boleto para jugar en Octubre, González es uno de los candidatos a Jugador Más Valioso del viejo circuito.

El talento: Miguel Cabrera

Si Carlos González reúne los requisitos para ser el MVP de la Liga Nacional, con sobrados méritos también debe ser considerada la temporada de Miguel Cabrera. Pero esa premisa de que el Jugador Más Valioso “debería” haber ayudado a su equipo a clasificar a la postemporada es una barrera difícil de superar.

Mientras González lucha con la triple corona, la campaña de Cabrera es también una de las más completas en la historia manteniéndose entre los primeros en las principales categorías ofensivas y liderando los departamentos de remolcadas y porcentaje en base.

En sus 8 temporadas en las mayores, en esta recta final “El Tigre” se enfila hacia su mejor campaña imponiendo marcas personales en todas los departamentos. Además ha demostrado madurez personal y liderazgo en el clubhouse sobre todo ante la ausencia de Magglio Ordóñez.

La expectativa para el chico de Maracay, de 27 años en la actualidad, era ser el Albert Pujols de la Liga Americana tras su firma con los Tigres de Detroit y no ha decepcionado con un promedio por encima de los .310, 107 jonrones y sobre 350 remolcadas desde su llegada a la ciudad de los motores. Sólo 5 jonrones lo alejan de la marca de 250 y necesita 125 remolcadas para llegar a mil en su prominente carrera de 8 temporadas.

Si actualmente hay un favorito para alcanzar la triple corona en la Liga Americana, no cabe duda que es Miguel Cabrera, cuya excelente actuación en 2010 ha estado opacada por el liderazgo de Josh Hamilton y su carga ofensiva a favor de la clasificación de los Texas Rangers y de la explosiva temporada de José Bautista superando los 50 jonrones con los Blue Jays.

El dominio: Félix Hernández

Hernández tiene solo 24 años y ya supera los 1,000 ponches. Se convirtió en el 4to. Lanzador más joven en la historia en llegar a esta cifra sólo detrás de Bob Feller, Bert Blyleven y Dwight Gooden.

Félix tiene marca esta temporada de 12-12, pero su efectividad es la mejor de la Liga Americana con 2.31 en 33 aperturas liderando el circuito también en entradas lanzadas y ponches. Y todo esto lo ha logrado con los Marineros de Seattle, un equipo que quizás llegue a las 100 derrotas en la temporada.

Esta es una temporada totalmente atípica para ser considerado para el premio Cy Young. ¿Quién gana el premio con tal registro de ganados y perdidos? ¿Cómo competir con 20 victorias del flamante C.C. Sabathia con los Yankees?

Si en el 2009, su marca de 19-5 con efectividad de 2.49 no fue suficiente para llevarse el galardón…¿Por qué un récord peor tendría que otorgarle el premio?

Una muestra fue su derrota número 12. Hernández lanzó partido completo donde sólo permitió 2 hits ante los Blue Jays, incluyendo un cuadrangular solitario en la primera entrada. Esa carrera fue eventualmente la única del partido. Esta temporada ha lanzado 202 entradas sin permitir carreras, 14 más que Roy Halladay, que acumula 20 victorias.

Lo cierto es que muchos votantes han considerado que Hernández ha sido el mejor lanzador de la Liga Americana con la única exepción de sus victorias, las cuales dependen también del respaldo ofensivo de su equipo. La impresionante efectividad en las dos últimas temporadas deja en evidencia que el lanzador más difícil y hermético de la liga es el nativo de Valencia.

La consistencia: Omar Vizquel

A sus 43 años Omar Vizquel firmó un contrato de un año para jugar con los Chicago White Sox. Desde el punto de vista sentimental el club de Chicago le daba una oportunidad de un posible retiro a una de las glorias del deporte venezolano continuando con la cercanía y herencia de campo cortos del equipo al mando de Oswaldo Guillén. La emotividad de que Vizquel utilizara el número 11 y el permiso de Luis Aparicio para su porte sumaban puntos para su candidatura hacia Cooperstown. Sin embargo, Kenny Williams y Guillén entendían el valor real del veterano y realmente por eso su contrato fue sobre 1 millón de dólares. Ante la juventud de su infield, Vizquel jugaría un papel vital en ser utility del cuadro y quizás quedarse con la titularidad ante alguna eventualidad. Era como un seguro de vida, y más tras haber dado muestras de un repunte ofensivo en su temporada con Texas.

Mientras más avanzaba la temporada, mayores fueron las oportunidades para ver acción, sobre todo en tercera base, posición a la cual se adaptó perfectamente. El plan de los White Sox funcionó, y su seguro de vida terminó jugando por encima de 100 juegos por primera vez en 3 temporadas y bateando casi .290, su mejor promedio desde 1996. Defensivamente sólo ha cometido 3 errores y si la decisión cae en mis manos, merece el Guante de Oro en la antesala.

Además con cada aparición y cada hit el “manos de seda” supera récords. En su temporada número 22, está a sólo 200 hits de los 3,000, aumentó su promedio vitalicio, superó todos los récords defensivos y ofensivos de Luis Aparicio. Lo bueno es que aquí no acaba porque luce como de 22 años y quiere regresar en 2011 a probar nuevamente su cuerpo y su talento. Su boleto a Cooperstown debe estar más que seguro…a menos de que algunos necios digan lo contrario.

La injusticia: Armando Galarraga

Armando Galarraga se levantó de su cama el 2 de junio y se dirigió al Comerica Park de Detroit para hacer su tercera apertura de la temporada. Hasta ese día era un lanzador con marca de 20-18 y efectividad sobre los 4.50. Había tenido una buena temporada en 2008 cuando con marca de 13-7 terminó como 4to. En la votación para el premio Novato del Año. Pero su segunda temporada completa no fue la esperada.

Ese día enfrentaba a los Indios de Cleveland y comenzó su rutina como cualquier otro día, la diferencia fue que comenzó a retirar bateador tras bateador y así sucesivamente llegó a la novena entrada con 24 contrarios enfrentados y 24 outs. Estaba lanzando un juego perfecto.

Esa noche la atención del mundo del deporte se fue en vivo a la transmisión de televisión de Detroit para presenciar una gran hazaña en una temporada caracterizada por el dominio de los lanzadores y donde ya se habían lanzado dos juegos perfectos.

Enfrentó a Mark Grudzielanek en la novena y lo retiró con elevado al jardín central. Luego retiró a Mike Redmond con rodado al campo corto. A un out de la hazaña y ante los ojos del mundo Jason Donald conectó un rodado flojo hacia el inicialista Miguel Cabrera y Galarraga entró a la inicial para hacer la asistencia y en una jugada perfectamente ejecutada de fundamentos lograron un out evidente que hizo explotar de alegría a la ciudad de Detroit y a Venezuela.

Pero el árbitro de la primera base Jim Joyce gritó: ¡SAFE!.

Ante los ojos impávidos del mundo era evidente el error del juez. Los reclamos no fueron válidos y Galarraga regresó al montículo para retirar a Trevor Crowe con rodado al campo corto, llevándose la victoria y el blanqueo.

Joyce revisó la repetición y se dio cuenta de su error y personalmente se disculpó con el lanzador cumanés envuelto en lágrimas. Para él fue el peor momento de su carrera y dejó en evidencia el factor de la imperfección humana y abrió nuevamente el capítulo sobre la necesidad de la consulta de repeticiones en el juego.

Al día siguiente Galarraga disculpó públicamente a Joyce en un gesto de caballerosidad deportiva. Tras peticiones incluso a nivel político, el Comisionado Bud Selig negó cambiar la decisión de Joyce para otorgar oficialmente la hazaña a Galarraga.

La estupidez: Francisco Rodríguez

El flamante cerrador de los Mets Francisco “Kid” Rodríguez, dueño de la marca de más salvados en una temporada en las mayores, salió molesto del clubhouse tras la derrota de su equipo 6-2 el 11 de agosto. En el cuarto de los familiars estaba su novia y madre de sus hijos, Daian Peña acompañada de su padre Carlos Peña, quien intercambió algunas palabras que disgustaron al lanzador quien arremetió contra este frente a todos los presentes, golpeándolo salvajemente en el rostro y armando una escena totalmente fuera de lugar en el paque de Queens.

Rodríguez inmediatamente fue detenido por funcionarios policiales. Fue suspendido por el equipo y enfrentó cargos de asalto contra su suegro y fue emitida una orden en su contra de no acercarse a sus familiares. El 14 de agosto pidió disculpas públicamente por su comportamiento y lanzó una entrada ante los Phillies, pero al día siguiente mostró molestias en su dedo pulgar que resultó en una lesión en el ligamento que necesitaba de cirugía que le haría perder el resto de la temporada.

Los Mets en total descontento con el asunto determinaron que Rodríguez incumplió con su contrato y argumentan que no le pagarán sus obligaciones ni su salario dado a que la lesión fue producida por su negligencia.

A pesar de la orden de restricción, el Kid continuó enviando mensajes de texto a su novia que la corte que lleva el caso determinó que violaban la normativa y que eran de carácter amenzante, por lo cual obligaron a pagar una fianza para evitar tiempo en prisión.

Mientras tanto, Rodríguez se recupera de su lesión solitario, sin su novia ni sus hijos y con un equipo de los Mets que no apoya sus acciones y que podrían incluso anular el resto de su contrato para la venidera temporada.

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