Lino Connell: 20 años por amor al juego

 
La disciplina ha llevado a Lino Connell a una carrera de 20 años en los diamantes del béisbol internacional.

Sobreviviente es aquel que se mantiene en pie ante las adversidades, que permanece con vida ante una situación de contrariedad, que rema contra la corriente para alcanzar sus metas.

En el medio de otro verano de béisbol en el planeta, uno de los mejores sobrevivientes venezolanos mantiene su lucha por amor al juego. Me refiero a Lino Connell Jr. quien acaba de terminar su temporada número 20 en la pelota profesional jugando para el Nettuno de la Serie A1 de Italia.

Y es que todos en esta ciudad sabemos a lo que me refiero cuando digo que Connell proviene de una familia de sobrevivientes. Su padre tuvo la fortaleza suficiente para levantarse ante la mayor de las adversidades y convertirse en una digna gloria del deporte venezolano.

Lino siguió sus pasos. Un atleta múltiple por genética firmado al béisbol profesional por Pompeyo Davalillo para los California Angels en 1989. En una época transitoria y difícil en las ligas menores para los prospectos extranjeros permaneció tres temporadas en esta organización.

A partir de 1995 comenzó su largo camino por los terrenos del mundo. Ligas Independientes y equipos a lo largo y ancho de los Estados Unidos, 6 años en la Liga Mexicana, 4 años en la Liga Italiana, miembro de la selección venezolana en campeonatos internacionales, a la par de 19 temporadas en la Liga Venezolana de Béisbol, incluyendo representaciones nacionales en Series del Caribe.

Connell es uno de esos peloteros que quedan de una época donde la pelota latinoamericana aún no producía peloteros como pan caliente. Ese sueño de llegar a las Grandes Ligas, que pareció alguna vez posible, fue desvaneciéndose con el tiempo.

Pero el amor al juego fue más fuerte.

Aquel flaquito que muchas veces fue abucheado en el estadio Luis Aparicio tras fallar un turno, mientras daba lo mejor de sí sumido en su logro personal de vestir una camiseta que realmente le dolía, terminó siendo campeón bate de la Liga en una época llena de peloteros con "etiqueta" de Grandes Ligas, fue idolatrado en México por la versatilidad de su bate y se baño en champaña con los títulos para el Zulia.

Ese que recibió la intolerancia de los peores fanáticos fue el mismo que detuvo la Serie Final del 2000 en Maracaibo cuando despachó un doblete que puso arriba a las Águilas e hizo temblar el parque, desatando la locura colectiva que terminó con miles de personas lanzándose al terreno, forzando a suspender el partido ante un delirio nunca visto.

Ese que lloró de dolor, por no entender el béisbol como negocio, cuando fue cambiado por novena naranja, no llegó a vestir un uniforme de Grandes Ligas, pero muchos de los que sí lo hicieron, sueñan con tener al menos la mitad del respeto y la constancia que Connell cosechó, además de su humildad como ser humano, donde más allá de un ligamayorista, es un Salón de la Fama.

Hoy a sus 38 años sigue en la lucha con el bate en la mano. Es viernes en Nettuno, Italia y pasó el día manteniendo su cuerpo en forma para la venidera temporada del béisbol venezolano. La temporada acabó y Lino fue el líder de bateo de su equipo con .320. Pronto regresará a Maracaibo. Piensa en el retiro, pero antes falta una cosa por hacer.

Desde la cuna del béisbol italiano

Dicen que todos los niños en Nettuno nacen con un guante en la mano. Y es que en el medio de las curiosidades culturales, Nettuno es la ciudad en Italia con sobrada pasión por el béisbol. Aquí no hay un equipo de fútbol, y aunque como italianos al fin siguen de cerca las incidencias de su deporte nacional, la verdadera pasión de esta comunidad turística de casi 50 mil personas a las orillas del Mar Mediterráneo es su equipo, el Danesi Nettuno.

En plena II Guerra Mundial los soldados norteamericanos llegaron a este balneario como parte de una operación exitosa que sirvió para tomar el control de la zona. Aquí se gestó la enseñanza del juego y la influencia en los años siguientes.

LL: ¿Qué significa el béisbol para Nettuno?

LC: Nettuno es la cuna de la pelota de Italia. Hay por todos lados escuelas de béisbol y mucha pasión por el juego. Se ve béisbol por televisión y dentro de lo que es la Liga Italiana es una de las ciudades que mejor responde y uno de los equipos más rentables en la Liga. Yo creo que tiene un gran potencial dentro de lo que es el crecimiento del béisbol no sólo en Italia sino en Europa. El problema de aquí está en la mentalidad de los dirigentes y técnicos que todavía no ven el béisbol como un deporte para desarrollar atletas de alta competencia, sino más bien como una forma de recreación.

LL: Italia ya tiene muchos años con su Liga, ¿Cuál ha sido el retraso para un mayor desarrollo de su béisbol?

LC: Mira Leo, aquí son muy organizados y realmente hay peloteros de mucha calidad, pero sobre todo los importados. Quienes venimos como refuerzos somos peloteros que hemos jugado doble A, triple A, o hasta Grandes Ligas, pero tu sabes que hay que desarrollar al pelotero italiano y quienes asesoran a los que manejan a los equipos y la liga son técnicos cubanos. No desmerito su capacidad, pero todos sabemos que los cubanos ven el béisbol desde la perspectiva amateur, mientras que nosotros los venezolanos, dominicanos, mexicanos y gringos vemos el béisbol desde el punto de vista profesional. Nuestro nivel por ende es superior.

LL: Yo creo que han perdido muchos años con tantos peloteros de calidad que han pasado por alla, ¿No?

LC: Exactamente, aquí han venido muchos peloteros buenos, pero los mánagers y coaches siguen siendo italianos o cubanos y no hay desarrollo de peloteros. Fíjate que nosotros jugamos tres veces a la semana y como extranjeros nos dan un salario bueno para vivir, pero los italianos en desarrollo deben trabajar en otra cosa el resto de la semana para poder ganarse la vida, eso hace que el pelotero no se enfoque al 100% en el béisbol. Se sigue viendo la pelota de manera recreativa y no profesional y eso produce que a nivel técnico hayan muchas deficiencias en comparación a quienes hemos jugado en niveles más altos, como en Venezuela, por ejemplo.

LL: ¿Regresarás el próximo año?

LC: Bueno no lo sé, yo creo que mi ciclo como pelotero está llegando al final después de 20 años de carrera. Además ahora estoy apelando una suspensión que me dieron por un incidente con un umpire al cual le reclamé por un error evidente dejando el bate en el plato, pero por mala suerte le tocó el pie, entonces el dijo que ¡Yo "ique" le tiré el bate! Jajaja. ¡Imagínate! En 20 años de carrera he sido un pelotero muy íntegro, serio y muy respetuoso, nunca tuve un problema de disciplina, y este señor me acusa de eso. De todas maneras me disculpé con él y se disipó el problema.

Lino Connell jugó como refuerzo en la pasada postemporada con Zulia, equipo con el cual planea su retiro como pelotero activo.

El final de un ciclo...el inicio del próximo

LL: Lino son 20 años en los terrenos, ¿Cuál es tu reflexión sobre tu carrera?

LC: Lamentablemente no llegué a Grandes Ligas, pero he disfrutado de 20 años del béisbol como mi profesión y el sustento de mi familia. Al principio de mi carrera no tuve la oportunidad de jugar y de desarrollarme como tal, lo tuve que hacer por mí mismo. Pero he tenido muchas satisfacciones como jugar con las Águilas, ganar un título con el equipo, quedar campeón bate en la Liga Venezolana, quedar campeón bate en México, representar a Venezuela internacionalmente; en fin, he superado adversidades de gerencias que no quieren ponerme a jugar porque "estoy viejo" o porque "no jugué Grandes Ligas", a punta de batazos y palos. En Venezuela tengo casi 500 hits en mi carrera y como sea yo me embaso. El sólo hecho de jugar por 20 años es mi mayor satisfacción.

LL: En tus primeros años en Maracaibo el público fue muy duro contigo, ¿Sentías presión?

LC: No era una presión por lo que decía la gente, sino la presión que genera el juego. Yo sentía lo que siente cualquier maracucho amante del béisbol si tuviera puesta la camisa de las Águilas. Para muchos es un sueño y uno sólo quiere lucir bien. Yo al principio era un muchacho que le daban poco chance para jugar y si tu no juegas es muy difícil que te desarrolles. A medida que fui tomando más turnos y viendo más titularidad fui madurando como pelotero y adaptándome a un parque muy difícil para los bateadores como el de Maracaibo. También hubo un poco de mala suerte porque a partir de 1998, mi promedio como visitante en Venezuela era sobre .300 puntos pero en Maracaibo era de .150. Jajaja. Imagínate, no se explicar por qué en esos años mataba la liga fuera de Maracaibo pero producía poco como local. Luego cuando me cambiaron fue que comencé a batear en Maracaibo. Son cosas del juego.

LL: Desde el 2001 tu has bateado sobre .300 puntos en todas las ligas que has participado, además de liderar la LVBP en % en base en los últimos años ¿A qué se debe?

LC: Creo que yo evolucioné como pelotero por la influencia de jugar al lado de jugadores como Orlando Muñoz y Lipso Nava, además de los consejos de Pompeyo Davalillo. Pero jugar todos los días en México me dio la confianza y paciencia como bateador. También que cambié de rol en mi carrera. Cuando me cambiaron las Águilas a Pastora, ya era el jugador que llegó al club y habían otras expectativas que cumplir. Lo mismo cuando pasé a Caribes.

LL: ¿Qué te falta por cumplir en el béisbol?

LC: Mi mayor deseo es jugar mi temporada 20 en la Liga Venezolana y retirarme con las Águilas. Creo que ya es hora de regresar a mi casa, con mi familia y defender los colores del equipo que nunca ha dejado de ser mi equipo, a nivel personal. Trataré de ganarme un puesto con el equipo. Creo que los puede ayudar bastante un veterano como yo en cualquier rol.

LL: Yo te veo como un técnico con un potencial increíble por tu conocimiento del juego, experiencia y carácter. ¿Aspiras continuar tu carrera en el béisbol?

LC: Después de cumplir mi etapa como pelotero si me gustaría ser coach y hasta mánager. Creo que he cosechado buenas relaciones y tengo la vocación y la facilidad de enseñar este deporte. Pero es como todo en la vida, las cosas van llegando poco a poco, sobre todo en el béisbol, las cosas se van dando día a día.

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