La experiencia Yankees–Red Sox en Fenway

Para cualquier fanático del béisbol y más aún, cualquier visitante a la ciudad de Boston, Fenway Park mantiene desde hace casi 100 años el mismo ambiente cordial y festivo dentro y fuera de sus paredes, sobre todo en los juegos contra sus acérrimos archirrivales, los New York Yankees.

Boston. En la esquina de Brookline y Yawkey way se encuentra la taquilla principal del Fenway Park, detrás de la tribuna de la tercera base. Al llegar a la taquilla pregunto: "¿Por casualidad quedan boletos? "La respuesta es sólo una risa sarcástica y amarga por parte de quien está detrás del vidrio. Más aún cuando ve mi gorra de los Yankees.

Peor todavía cuando el equipo más odiado de esta zona está en la ciudad. Ni siquiera menciono que los 26 veces campeones de la Serie Mundial lideran de manera cómoda la División Este de la Liga Americana en este 2009.

No hay tickets. La casa está llena. Un tipo en la calle me dice ¨¿Quieres boletos, tengo tres?

“¿Cuanto?”

“250 dólares cada uno.”

“Estás loco, me quedaré por acá afuera”

Bienvenidos a la verdadera experiencia de un juego Yankees - Red Sox en Fenway.

Un aficionado de los Yankees en Boston, es como meter a un corderito en una jaula de leones hambrientos.

Para hacer esto no sólo debo estar loco, sino que deben dominarse tres factores: la cultura del béisbol, no molestarse por las ofensas y entender que son en buena onda y saber "celebrar sin sobrecelebrar" para no herir susceptibilidades. O hasta evitar una pelea callejera.

El tour comienza alrededor de las 4 de la tarde. En el medio del mes de agosto el sol en Boston es fuerte, pero el clima es fresco. La hidratación es importante.

El primer paso es simplemente abrir los ojos, pararse en la esquina y ver una perspectivade 360 grados. Las formas, detalles y colores de este lugar mágico. El rojo de los bloques, el contraste con el verde, el rojo vibrante de las medias.

Se necesita entender todo para apreciar esta vista. Estamos en presencia del parque más antiguo de las Grandes Ligas. Fenway abrió sus puertas en abril de 1912, a sólo cinco días después del hundimiento del Titanic. La historia está en el aire y se sigue escribiendo en un día como hoy.

97 años después las mismas paredes de bloques, el mismo terreno de juego y las mismas tribunas siguen albergando los gritos y emociones de los fanáticos.

Esos que disfrutaron de campeonatos del club en los primeros años del parque y cuyos nietos lograron presenciar otro triunfo total en el 2004, tras 86 años de fracasos y desilusiones.

Alrededor del parque

Nuestra primera parada es el ¨Bleacher Bar¨. En este lugar se encuentra la mejor mesa disponible en los Estados Unidos para ver un juego de béisbol completamente gratis.

Las mesas están frente a un vidrio justo detrás del jardinero central. Esperé una hora para conseguir la mejor mesa mientras se disfruta de una cerveza fresca recién sacada de la planta de Samuel Adams. La espera valió la pena.

Debajo de las tribunas del jardín central se encontraban las jaulas de bateo del equipo visitante. Con las remodelaciones en el paso de los años, el espacio fue convertido en este fabuloso bar que ahora es el vecino del ¨Monstruo Verde¨.

Ya la maldición del Bambino parece no existir, pero al lado de la caja registradora se encuentra pegada en la pared una barajita autografiada del venezolano Álvaro Espinoza cuando jugaba para los Yankees.

Obviamente pregunte que hacía eso ahí, y la respuesta: "Espinoza nos recuerda que los Yankees alguna vez fueron el peor equipo de las Grandes Ligas y eso nos alegra" me dijo Tammy, una de las bartenders.

Tras un rato ameno viendo la práctica de bateo en vivo comiendo la especialidad del lugar, los llamados ¨Sliders¨ (unas mini hamburguesas pero bien cargadas). Al final nos vamos al local del frente.

La cadena de restaurantes y cafés House of Blues ha remodelado un local gigantesco donde presentan el juego en pantalla gigante sobre una tarima. Aquí se prende la fiesta.

Los Yankees pican adelante...¡¡Woo hoo!!

¨Naaah. today´s not lasting a lot for yaaa guyyas¨ (No, hoy esto no va a durar mucho para ustedes) me dice un tipo en tono sarcástico y ese acentazo típico de Boston. No busca problemas, pero la frustración por la temporada de los patirrojos está a flor de piel.

Justo detrás del Monstruo verde hay un tipo en la calle vendiendo perros calientes en una mesita. Se llama ¨The Sausage Guy¨. Se ha convertido en una celebridad local por el sabor de su producto. De hecho está catalogado como: ¨El sabor de Fenway¨.

Es un perro caliente con una salchicha italiana tipo chorizo casera, con tope de cebollas acarameladas y pimientos de colores, mostaza y salsa de tomate. Para el comensal común será un delicioso perro caliente. Para el que entiende donde está parado, será uno de los mejores sabores en su vida.

Guardemos estómago.

La calle está repleta de gente. Casi todos los que caminan tienen puesto algo de los Red Sox. Uno que otro valiente de los Yankees me pega un grito por allá lejos en señal de solidaridad. El sol baja, la temperatura es fresca. El aire huele a salchicha asada.

Un par de cervezas negras caen bien mientras el sol se oculta. De pronto el lugar se vuelve un caos. Todos celebran. Parece que los Red Sox ganaron el banderín de la división.

Al ver la pizarra, los Yankees están arriba 11-0. La gran celebración fue porque Brad Penny ponchó a Jorge Posada para cerrar la entrada. Así son por acá.

Este es el parque más pequeño de las Grandes Ligas. El equipo tiene autorización de la ciudad de tomar una calle pública, Yawkey Way, y convertirla durante el tiempo de juego en un área anexa del parque con comidas y souvenirs. De otra forma no cabe dentro de las desgastadas paredes.

En plena acera el aroma que sale es inconfundible. Es ese condimento latino. Es el lugar de Luis Tiant. ¨El Tiante¨. Es el local donde la especialidad es el sandwich cubano.: Pernil desmenuzado, queso, jamón, pepinos y especies en un baguette. ¡Impelable!

Para bajar la comida, no cae mal una corta visita a “Game On”, otro bar dentro del estadio. El lugar esta repleto de caras largas, pero nadie se va.

Aquí el problema no es que los Red Sox pierdan, sino que los Yankees ganen. Y cuando hay un score tan abultado, pues la gente espera una respuesta del equipo.

Una buena gira a Fenway no puede dejar de incluir la Taquería La Verdad, un lugar exquisito con los platos más populares hasta gourmet. Desde un taquito de pollo hasta taco de pato pekinés.

¨¡Una margarita y un servicio de tacos al pastor, please!¨

¨Excelente elección¨ dice Vanessa la mesera que me atiende. ¨Te lo digo porque también soy fanática de los Yankees, y lo que pasa es que si lo digo acá... ¡Me pueden como matar!¨ agrega con una cálida sonrisa.

El grito de algunos fanáticos la interrumpe. Creo que el ambiente está pesado.. Al parecer a alguien en el bar no le gustó mucho que Hideki Matsui conectara su segundo vuelacerca de la noche para llevar el marcador a 20 carreras sobre 11.

El tipo se voltea e intercambiamos miradas. Viene hacia la mesa y me alisto para reaccionar ante cualquier problema.

¨Pana, te lo juro que este año estamos fritos. Mucho me duele pero disfrute usted este buen año. Es una temporada de transición para mis Red Sox¨. Me calmé y me reí con mi nuevo amigo.

Ganan los Yankees. Antes de salir nunca está demás una foto en la estatua de Ted Williams. La historia se sigue escribiendo y la rivaidad está más viva que nunca.

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