E-mail de Raymond Ray a Agui (Confidencial)


Para: Agui (agui@aguilas.com)
De: Raymond Ray (raymond.ray@rays.com)
Asunto: Saludos desde St. Petersburg
Enviado: Sábado 25 de octubre, 2008. 4:00 pm



Estimado amigo Agui:

Te sorprenderá mi e-mail en estos días, pero es que gracias a las maravillas del internet al fin he podido conseguir las direcciones de varios de mis viejos amigos, y conseguí la tuya por el facebook.

Aprovecho para contarte un par de cosas y ponernos al tanto, porque han pasado casi 10 años desde la última vez que nos vimos. Recuerdo con cariño mi visita a Maracaibo en diciembre de 1999 y los buenos momentos que pasamos juntos en el estadio Luis Aparicio en el juego de softball a beneficio de la fundación de nuestro amigo Wilson Álvarez, a quien le agradezco eternamente por convencer a mis jefes de llevarme a su ciudad natal.

Me gustaría regresar y que hagamos un par de bromas en el terreno para luego atragantarnos de perros calientes callejeros en esa plaza cerca del estadio que no recuerdo su nombre. Lo único que no extraño el calor, tú sabes que yo prefiero el frío, aunque no tanto como el que estoy pasando hoy aquí en Philadelphia, desde donde te escribo. De hecho ya estoy en el estadio esperando el 3er. juego de la Serie Mundial.

Te confieso viejo amigo que todavía no puedo creer que estemos aquí. Bueno, de ganar, y de títulos, tu sabes más que yo; pero lo que mis jefes han hecho desde el año pasado realmente ha funcionado y ahora estamos peleando por ser los campeones de las Grandes Ligas.

Fíjate que desde que todo esto comenzó en Tampa por 1998, sabíamos que los primeros años serían difíciles. Pero nosotros tampoco intentamos ser competitivos en la división más difícil. Decíamos que era imposible ganarle a Yankees o a Boston desde que entramos a las mayores.

Tengo que reconocer que mis antiguos jefes eran unos tacaños. En ocasiones trataron de invertir dinero en algunos buenos contratos, pero nunca en la forma correcta para hacer un equipo que pudiera pelear en esta división.

Cuando en el 2005 el nuevo jefe compró el equipo, yo de verdad me caí para atrás muerto de la risa cuando un día nos juntó a todos y nos habló de que iba a reconstruir la franquicia. Cuando llegó la temporada del 2006 la nómina del equipo no cambió mucho y volvimos a quedar en el último lugar. ¡Yo creían que eran puros cuentos!

En el estadio le creíamos poco. Sabíamos que teníamos muchachos con mucho talento y una fiebre inmensa por jugar, pero no pensábamos que bastaría. Tú sabes de esto. Tu has visto por años como llegan estos muchachos como unos pendejos, y cuando ya tienen un millón en el bolsillo no se les puede ni hablar, incluso se molestan con uno si uno les agarra el culo en broma, como si eso no fuera normal en el béisbol.

Pero acá pasó una situación extraña y yo creo que también de mucha suerte. Como estuvimos entre los peores equipos durante 10 años, gracias a las reglas de las Grandes Ligas, pudimos seleccionar entre los primeros en el draft de los jugadores de las universidades. Así obtuvimos a Rocco, a CC, a B.J., a Longy, a ¨Big James¨ Shields, a Sonny y al ¨baby¨ Price.

Yo no recuerdo algún equipo que haya tenido la suerte de que el talento de sus jugadores jóvenes se haya desarrollado en conjunto para dar la pelea en serio. De verdad que las cosas les salieron bien a mis jefes.

Además tenemos a nuestro mánager. Amigo Agui, ese si que es un personaje, de verdad que tienes que conocerlo.

Mr. Maddon parece un loco con esos lentes y con las cosas que dice, imagínate que nos ha pegado unos carteles por todos lados con pensamientos “ique” motivacionales.

Al principio de la temporada los muchachos y yo nos reíamos de esto en el clubhouse, pero de tanto verlos en las paredes y leer cosas como "Disciplínate a ti mismo para que nadie lo haga por ti" de un tal John Wooden, o ¨La integridad no tiene reglas¨ de Albert Camus, parece que estas ideas se nos han metido en la cabeza y ahora todos estamos en la misma nota. Fíjate que ya no parecen tan descabelladas.

Te digo que cuando en el Spring Training el tipo llegó un día y nos dijo que 9 es igual a 8, yo dije: ¨El cuatro ojos se fumó una lumpia, ahora si que vamos a llegar...pero de últimos con este loco¨. Y en verdad, ahora creo que somos 26 locos (el róster de 25 y yo, por supuesto) porque la fórmula funcionó: si 9 jugadores en el terreno, juegan en equipo por 9 entradas, da como resultado uno de los 8 lugares en la postemporada.

Yo que soy un eterno noventoso, me sigue gustando nuestro primer uniforme. Como buen nativo de la Florida me gustan esos colores turquesa, morado y amarillo que son típicos de por acá. Pero nuestro dueño tenía el capricho que no quería que el equipo no se llamara más Devil Rays, sino Rays. El decía que era de mala suerte la palabra diablo en el uniforme.

A mí me pidieron mi opinión y yo dije que podíamos tener cualquier nombre si seguíamos haciendo el ridículo en el terreno y mi jefe Andrew, que parece un recién graduado del colegio, me dijo: ¨Ray apóyanos con esto y verás que te vamos a poner un buen equipo¨. Aquí entre nosotros, yo no le creía.

Agui, a mi no me parecía esto. Estos tipos estaban confundidos. Fíjate que ha llegado hasta el punto de que hoy en día estamos en la Serie Mundial y no sabemos si somos unas manta rayas o unos rayos de sol. Imagínate que todavía los reporteros me preguntan que ¿qué es lo que soy yo? ¡Semejante insulto que uno tiene que aguantar! Yo ni me tomo el tiempo para responder, tu sabes como son ellos de provocadores.

No tuve otra opción y me tocó apoyar a los patrones. Hoy tengo que reconocer que en parte me equivoqué y hasta pedí disculpas.

He seguido por internet algunos de tus juegos y veo que han comenzado muy bien. Que lástima que Wilson no pudo ir con ustedes este año, ¿Qué fue lo que le pasó? ¿Tenía entendido que estaría como coach de pitcheo de ustedes? Me comentaron que tiene algunos problemas. Si lo ves, dile que ya no se acuerda de sus amigos.

Agui, ojalá que tus jefes puedan aprender un poco de los míos. Yo me declaro que cometí un error al no tener completa confianza en lo que estaban haciendo, pero las cosas han salido magníficas y he cambiado mi forma de pensar en este negocio. Por lo que veo tenemos algo en común, ambos equipos contamos con un gigantesco potencial en nuestros peloteros jóvenes, y la clave para que rindan es darle la confianza para que puedan jugar todos los días.

Querido amigo, estos meses han sido los mejores de mi vida y ya comprendo tu emoción en los interminables cuentos de tus Series del Caribe. La celebración con champaña es algo que no tiene descripción alguna.

Por cierto, me acabo de conseguir a Rubencito acá en el estadio de los Phillies y te manda un abrazo. Sé que tu corazón está dividido y no sabes a quien apoyar en la Serie Mundial, y no te culpo porque así es el béisbol. Pero cuando ganemos la Serie te voy a mandar una foto mía con el trofeo para que la pongas en tu locker del clubhouse y recuerdes que hasta en los mejores momentos te llevo conmigo querido colega.

Espero tu respuesta pronto y te deseo lo mejor.

Tu amigo,

Raymond Ray

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