La ópera prima de Eduardo Pérez

Eduardo Pérez comienza su carrera como mánager en el béisbol organizado con las Águilas del Zulia, contando con gran apoyo por parte de los jugadores, la directiva y los fanáticos.


25 hombres han tenido el privilegio de llevar las riendas de las Águilas del Zulia en el terreno de juego desde 1969. Eduardo Rafael Pérez se convierte esta semana en el número 26 al colocarse su camiseta naranja número 12.

Eduardo también forma parte ahora de un selecto grupo de sólo 7 zulianos que han dirigido al club. ¿Los demás? Luis Aparicio Ortega, Luisito Aparicio, Pompeyo Davalillo, Noé Maduro, Omersito Muñoz y Leonel Carrión.

Es además el primer nativo de Ciudad Ojeda al frente del equipo.

Tras jugar 15 temporadas en la Liga Venezolana, 10 en las Ligas Menores y 11 en Grandes Ligas con Atlanta, Cleveland y Milwaukee, el ex-receptor ¨personal¨ de Greg Maddux combina su experiencia con una dinastía del béisbol como los Braves de Bobby Cox, junto a su fuerte carácter y al respeto que ha cosechado en su carrera.

Sumémosle ese sentimiento por la divisa zuliana, la cual está plagada de talento joven y un equipo de técnicos de primera línea.

No me cabe ninguna duda de que Eduardo tiene lo necesario para comenzar a transitar por el camino del éxito en su ¨ópera prima¨ como mánager.

El actual coach de los Braves, estaba en su hogar en Atlanta este jueves afinando detalles para su travesía. Estos días muestran la ironía en la vida de un pelotero donde todo se repite. A sus 40 años pasa por el mismo proceso que sufría 20 años atrás, cuando le tocaba en el mes de febrero desprenderse de su familia para partir solo a los Estados Unidos en busca de una oportunidad tras el plato.

Hoy partirá solo de nuevo, pero para Maracaibo. Su hogar se ha trasladado. Irónicamente su tierra es ahora la que le da la oportunidad de seguir activo en el béisbol. Es como una recompensa. Es como tener lo mejor de ambos mundos. Pero es el precio que hay que pagar para mantenerse en el béisbol y comenzar una carrera como mánager.

¨Hoy cuando dejé a los niños en el colegio me pegó mucho porque no los veré por un par de meses¨ me dijo Eduardo desde su residencia en Duluth, Georgia. ¨Mi familia está acostumbrada. La familia se acostumbra a que esto es así y uno trata de compensar el tiempo perdido cuando estamos juntos. Cuando los niño terminen la escuela vendrán con mi esposa a pasar las Navidades conmigo¨.

¿Y tú te acostumbras a esta nueva vida?

Es difícil, porque es como empezar de nuevo. Así como aprendí a jugar, hay que aprender a ser mánager. En mis últimas seis temporadas en Grandes Ligas me desacostumbré a buscar trabajo porque tenía contratos garantizados. No tenía necesidad de jugar en invierno. Pero como técnico hay que buscar trabajo y dar resultados. Ahora estoy con Atlanta como coach de bullpen y quizás otras puertas se abran bien sea acá o con otros equipos, pero la oportunidad de dirigir a las Águilas es un paso para alcanzar mi nueva meta que es ser mánager en Grandes Ligas, y tengo buenas perspectivas.

Eduardo ¿Tenemos que pensar en Bobby Cox como referencia de tu estilo? ¿Te identificas con él?

No. Bobby no es un mánager perfecto. Yo tampoco aspiro a ser un mánager perfecto y creo que nadie lo es, pero el estilo de Bobby ha tenido errores y algunas de sus ideas no me gustan. Es obviamente una cuestión de carácter. Con esos grandes equipos en Atlanta a veces teníamos diferencias con Bobby, pero al final él era el mánager y yo aprendí de sus errores y de sus aciertos, de sus victorias y derrotas para formarme un concepto.

¿Pero cuál es su lección principal como mánager y cómo influye en tu filosofía?

El trato y la confianza han sido las claves del éxito de Bobby. Su mejor lección es la forma como le da confianza a sus jugadores y los defiende. En este juego, la confianza es fundamental para un pelotero, sobre todo si es joven. El trato de Bobby para con su equipo es demasiado especial. En Atlanta un jugador puede tener una mala racha y nunca va a ser sacado de la alineación porque Bobby confía que eso se puede dejar atrás. En el béisbol se juega todos los días, y si hoy no funcionó algo, pues mañana será otro día y habrá otra oportunidad. Yo quiero mantener esa filosofía con las Águilas para que los jugadores se sientan cómodos, no hayan conflictos y se motiven a ganar. Como jugador esa confianza que siempre recibí me ayudó a aprender del juego, y desde que se enteró que iba a dirigir a las Águilas me ha dado muchos consejos a su mejor manera, y eso se agradece mucho.

Las Águilas no tienen una temporada perfecta desde la 1999-2000, y no conforman una ¨dinastía¨ desde los días de Quintana, Castellano, Paredes, Colón, etc. ¿Tu crees que están dadas las condiciones para ganar con esta generación?

Mira Leo, una de las cosas por las cuales yo tenía tantas ganas de dirigir al club es porque el talento que tenemos en el material criollo es ilimitado. Esta es una nueva época. Yo les he dicho a los muchachos que ya es hora de que exploten realmente en Venezuela, asuman su responsabilidad y carguen con el equipo. Yo tengo que motivarlos a creer en ellos mismos.

Este es mi reto esta temporada. A mi me duele este equipo y su camiseta, y quiero ganar. Tenemos muchachos como Carlos González. Callaspo, Gerardo Parra, Andrés Eloy, Luis Bolívar, Oliveros, Gerardo Ávila, Humberto Quintero, Henry Rodríguez, ahora regresa Quiroz; o sea, hay talento en una época donde el criollo es el caballo, y lo que más me gusta es que muchos de ellos son zulianos, y eso quiere decir que le ponen el doble por que les duele.

¿Tú sugieres que el pelotero que juega con el equipo de su región le pone más que quien viene de otro lado?

Vamos a aclarar. Todos los peloteros, como profesionales que somos, ponemos el máximo en el terreno sin importar de donde sea el equipo. Este es tu trabajo y es la forma como se nos enseña a jugar. Sin embargo no es fácil, si tu vienes de jugar 6 o 7 meses en Estados Unidos, llegar a tu país y en vez de irte para tu casa a estar con tu familia, te tengas que ir a un hotel por otros 3 o 4 meses a seguir viajando.

Por eso es que el pelotero local está más cómodo, y agrégale que el equipo ¨le duele más¨. Yo lo experimenté cuando jugaba con los Tigres de Aragua y estaba loco por que me cambiaran a las Águilas. Fíjate que por ejemplo este cambio de Guillermo Quiroz por Guillermo Rodríguez es perfecto. En el caso de las Águilas no se puede negar que el jugador zuliano juega con ¨más orgullo y fuerza¨, sin menospreciar el esfuerzo y las ganas de todos los que conforman el roster.

¿Cuáles son tus primeros planes?

Bueno yo tengo que jugar con lo que tengo. Les he dicho a varios de los muchachos que se tomen su tiempo para descansar y que se unan al equipo cuando estén listos, sin embargo la fiebre los carga locos y muchos van a estar desde el inicio por lo cual no me quejo.

Yo siempre he estado en equipos donde el pitcheo es fundamental y trabajaré con el coach Carlos Arroyo para delinear nuestro estilo y ver quienes nos pueden ayudar más. Creo que los lanzadores importados serán de mucha la clave en el inicio de la temporada para tener un relevo sólido y buscar victorias. Me siento bien con la presencia de Bárbaro Cañizares porque es un veterano y confío que pueda dominar la liga. En general la importación me parece sólida porque la mayoría tiene experiencia de triple A.

¿Piensas desde ya en la Serie del Caribe?

¡Estais loco! Paso a paso se hacen las cosas. Primero debemos pensar en jugar para .500 y después en clasificar al playoff. Mi meta inicial sólo es clasificar.

¿Qué sientes en este momento: miedo, ansiedad, nervios, confianza?

Mucha ansiedad. Tengo mucha ansiedad porque comience la temporada.

¿Qué pasa si arrancan 10-0?

Nada. Hay que mantener los pies en la tierra. Cuando jugué con Cleveland en el 2002 comenzamos 11-1 y después nos dejaron con las tablas en la cabeza.

¿Y si arrancan 0-10?

Igual. Mañana será otro día y habrá otra oportunidad para ganar.

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