¡Que va a saber usted lo que es la vida!



I.
Que va a saber usted lo que es el amor si nunca quiso a ningún equipo. La tristeza, si nunca salió derrotado del estadio. La alegría, si nunca sintió lo que es ganar un campeonato. El dolor, si nunca experimentó que le eliminaran a los suyos. La ternura, si nunca tuvo cerca a un niño que lloraba porque perdió su club. La solidaridad, si nunca se dio un abrazo con el fanático desconocido sentado a su lado.

II.
Que va a saber usted lo que es el suspenso, si nunca vivió un noveno inning, con el equipo contrario con las bases llenas y el suyo ganando apenas por una carrera. El insomnio, si nunca se acostó en la víspera de una final de campeonato. La humillación, si nunca padeció un blanqueo en los propios huesos. La depresión, si su club nunca fue derrotado catorce partidos seguidos y quedó eliminado al ratico de empezar el torneo. La frustración, si nunca perdió la clasificación a la serie final por medio juego. El infierno, si su equipo nunca estuvo anclado en el último lugar durante casi toda la temporada..

III.
Qué va a saber usted lo que es un susto, si nunca vio la cara de un jugador sorprendido, puesto out en la tercera base. El ridículo, si nunca miró a alguien dejar caer un flaicito al cuadro. El abatimiento, si nunca observó la cara de un bateador ponchado. El susto si nunca fue testigo de un lanzamiento pegado (a noventa millas) que casi mata a tu pelotero favorito. Una ganga si desconoce lo que es la base por bolas

IV.
Que va a saber usted lo que es la fe, si nunca creyó en un club sin tener ningún motivo para ello. El sexo, si nunca experimentó el orgasmo de un jonrón que sirvió para que su equipo ganara en extra-inning. Un milagro, si su club nunca ganó un juego imposible. La lealtad, si nunca se mantuvo fiel a un equipo perdedor. La euforia, si nunca llegó a un sexto inning embuchado con ocho cervezas y los suyos arriba en el marcador. El rencor si su equipo fue vencido por el club de sus mayores odios. La arrechera si el manager saco al pitcher cuando no debía y perdió su equipo. La injusticia si nunca sufrió la sentencia de un umpire declarando out al corredor que anotaba la carrera del triunfo de su equipo. Las diferencias sociales si nunca se asomó a la zona VIP del estadio.

V.
Qué va a saber usted lo que es la música, si nunca oyó el grito de los fanáticos de su equipo. El ruido, si nunca oyó el grito de los fanáticos del equipo rival. El perfume, si nunca percibió el olor de la muchedumbre reunida en un estadio de béisbol. La nada, si nunca se sentó en las gradas de un estadio sin gente. La muerte, si nunca vencieron a los suyos en el último minuto

VI.
Qué va a saber usted lo que es la estrategia, si nunca se leyó el librito no escrito que rige el juego de béisbol. Lo que es la táctica, si nunca se percató de la lógica de un boleto intencional o de un toque de bola. La Constitución Nacional, si nunca reviso las normas casi perfectas que rigen el béisbol. El estado de derecho si desconoce como se cumplen las leyes en el terreno de juego. Gobernar si jamás fue manager.

VII.
Qué va a saber usted lo que es el estoicismo si nunca vio a un catcher agachado nueve innings, cuidándose además de que no le den un pelotazo en los testículos. Lo que es el estrés, si nunca se puso en el pellejo de un manager. La serenidad, si nunca le prestó atención al comportamiento de un pitcher relevo. Los nervios, si nunca se dio cuenta de las mañas de un bateador. La tensión, si nunca se fijó en el rostro de un tipo puesto en tres y dos.

VIII.
Qué va a saber usted lo que es la acrobacia, si nunca vio un doble play. Lo que es la habilidad si nunca vio a nadie atrapar una pelota de espaldas y contra la pared. El suicidio, si nunca presenció una jugada de squeeze play. La osadía, si nunca fue testigo de un robo de base. El riesgo si nunca vio como un pitcher retó con una recta por el medio al jonronero rival. La ley de gravedad, si nunca se sentó detrás del catcher y miró los vaivenes de una bola de nudillos lanzada por un pitcher zurdo.

IX.
Qué va a saber usted lo que es la falta de gobierno, si nunca hizo una cola para entrar al estadio. Lo que es el neoliberalismo salvaje, si nunca topó con revendedores de entradas. El caos, si nunca sus riñones le ordenaron orinar a mitad de juego. El hambre, si jamás se comió un pincho en las afueras del estadio y le supo a parrilla argentina.

X.
En fin, qué va a saber usted de la vida si nunca asistió a un estadio de béisbol.

Ignacio Avalos
Diario El Nacional. Caracas 11 de Octubre de 2006.

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