El negocio de los vivos y los bobos


Es oficial. La Liga Profesional de Béisbol de Puerto Rico, la más antigua del Caribe aún en actividad, canceló por primera vez en su historia su venidera temporada aduciendo las constantes pérdidas de dinero que, según ellos, sus dueños venían soportando.

El presidente de la Liga José Andreu García, declaró que se tomó la medida para emplear los próximos 12 meses en la construcción de un nuevo modelo de Liga que reviva el interés de los fanáticos y que al mismo tiempo se convierta en un negocio rentable.

Es de conocimiento público que en la última década el béisbol profesional en Puerto Rico ha atravesado su peor situación. Mientras las ligas invernales de Venezuela, Dominicana y México se han fortalecido gracias a una modernización de su sistema organizativo, estrategias de mercadeo, difusión de medios y el llamativo para que sus principales figuras participen; en la Isla del encanto se produjo una involución de todos estos aspectos.

Según Candido Maldonado, quien fungió como gerente general de los Lobos en la pasada temporada "el principal problema es que no hay una verdadera intención por parte de los dueños ni de ningún otro directivo de la Liga en mejorar la situación”.

Y es que sin fanáticos no hay béisbol. Quienes compran las entradas, toman cerveza, ven los juegos por televisan y los escuchan por la radio son aquellos que soportan una liga profesional.

En Puerto Rico, los dueños se olvidaron de este pequeño detalle. Durante años no hubo un despertar de la Liga ante los masivos espacios vacíos en los estadios. No se dieron cuenta que fue como una medida de protesta. Una huelga.

El presidente de la liga dijo claramente que su primer paso es reunirse con las autoridades de las Grandes Ligas, buscando ayuda. Un fanático identificado como "Segar" declaró este comentario en sitio web del diario Primera Hora: "Considero que la Junta de Directores de la Liga espera que durante el próximo año Major League Baseball les resuelva el "problema", el cual se pudo resolver con anticipación trabajando en Puerto Rico. Una pena que la mentalidad de colonizados destruya la institución de nuestro béisbol profesional".

Me gustaría que esta situación abra los ojos de los dueños de equipos de las demás ligas invernales y los ponga a reflexionar un poco. En México, aunque el nivel de la Liga no es el mejor, sus fanáticos en el Pacifico asisten con entusiasmo a estadios limpios, cómodos y llenos de actividades para el deleite familiar. En Dominicana, aunque las estrategias de mercadeo estén un poco atrasadas, el nivel de juego es lo más importante y el sentimiento de sus estrellas, como por ejemplo Miguel Tejada, hacia su Liga y su país, mantienen viva la llama de la pelota de fin de año.

En Venezuela debe haber un balance de ambos, Hay un excelente nivel de juego, que incluso va en ascenso con los peloteros locales, pero los fanáticos merecen más y mejores servicios y una difusión más moderna y profesional. El béisbol es un negocio y como tal merece una inversión. Sin inversión no hay ganancia, sólo cuando hay vivos viviendo a costa de los bobos. En Puerto Rico se acabaron los bobos, y quienes eran vivos ahora lloran, y además crearon un daño irreparable.

Esperemos que el problema de Puerto Rico ayude a la revitalización del circuito y más adelante a la consolidación de una “Súper Liga” entre los 4 países y los 28 equipos. Ojalá no sea el primer paso del descalabro del béisbol invernal.

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