¿Qué barajita de béisbol escogerías?

La serie 1 del 2010 de Topps es la primera edición exclusiva y oficial de tarjetas de Major League Baseball en la historia. 1 de cada 6 sobres contiene un código especial para ganar cualquier barajita de la marca desde 1951.

Entre el centenar de industrias que operan en el mundo del béisbol desde los inicios del siglo 20, destacan los fabricantes de barajita, por décadas la fuente principal de introducción y entendimiento del juego a niños alrededor del planeta.

Esta semana este sector tomó un nuevo rumbo con la sentencia y arreglo en una corte de Manhattan a la demanda que Major League Baseball hiciera a la compañía Upper Deck, por el uso y explotación sin permisos de los logos y marcas pertenecientes al ente rector.

La Oficina del Comisionado recibió $2.4 millones de dólares por parte de Upper Deck debido al infringimiento. Sus productos no podrán utilizar dichos símbolos en adelante.

Tal decisión se conjuga con el acuerdo de exclusividad de Major League Baseball con la compañía Topps, quienes comenzaron a fabricar barajitas de béisbol en 1951.

Durante el pasado otoño se designó a esta empresa como el único y exclusivo fabricante oficial de barajitas para Major League Baseball, dejando a los competidores fuera del mercado oficial del béisbol y creando un monopolio en el diverso mercado de las memorabilias deportivas a partir de este año 2010.

Ante este panorama, Upper Deck, famosa por la innovación y calidad en sus productos, emitió recientemente un comunicado acerca de su nueva serie de béisbol, la cual será la primera “no oficial” de barajitas, al solamente poder incluir las fotografías, nombres de jugadores y ciudades del béisbol. Probablemente esta sea la última edición de Upper Deck, al menos en muchos años por venir.

La Topps de Mickey Mantle de 1952, su tarjeta de novato, es una de las tantas opciones para los ganadores.


De regreso al pasado

Para estimular la tradición en la colección e intercambio de barajitas, Topps ha creado una promoción especial para el 2010: Regalar de un millón de barajitas originales. Con el eslogan de: “Te regalamos las barajitas que tu mamá te botó a la basura”, la compañía espera estimular a los coleccionistas tradicionales y atraer nuevos adeptos.

En uno de cada seis paquetes de la primera serie del 2010, está insertada una tarjeta con un código especial. Tal código sirve para desbloquear en el sitio web www.toppscards.com una tarjeta original, en condiciones óptimas, de toda su historia de fabricación. Topps enviará la selección físicamente por correo al ganador a partir del 15 de marzo.

Conversé con un empleado de Topps, quien por razones de privacidad reserva su nombre, para conocer más sobre su promoción. “No fue que las reimprimimos, sino que pasamos más de 8 meses comprando barajitas originales a coleccionistas, y de cada una compramos la mayor cantidad posible” señala. “De las de Mickey Mantle hay más de 200, así como también de Jackie Robinson hay como 50. Todas son originales y las regalaremos como parte de esta nueva etapa” agregó.

Entre las opciones están verdaderos tesoros de Topps para los memorabílicos como la tarjeta de Mickey Mantle de 1952, o la de novato de Nolan Ryan de 1968, entre otras. Topps adquirió más de 38 mil cromos distintos para recrear las colecciones de cada año faltantes en su stock.

En total hay un millón de barajitas disponibles. El ganador puede seleccionar la tarjeta de su preferencia de acuerdo a las disponibles. La promoción toma en cuenta que cada coleccionista tiene sus preferencias específicas.

Para unos quizás la de Mickey Mantle de 1952, aparte de su alto valor, sea la más significativa. Quizás para otros sea la tarjeta de novato de Luis Aparicio, o alguna de Baudilio Díaz. Esta es la oportunidad para volver a tener ese preciado artículo que a más de uno lo transporte al pasado.

Consulté en twitter y facebook entre algunos lectores de este espacio para conocer cual sería la tarjeta de su preferencia que quisieran volver a tener y nadie mencionó la codiciada tarjeta de Mantle.

Conseguí respuestas como la de @cereton quien prefiere alguna de Luis Aparicio, como las que actualmente tiene; o el colega Gustavo Pérez quien se inclina por la de Roberto Clemente de 1955; o Carlos Eduardo Muñoz quien añora aquella famosa de Wilson Álvarez en pleno abrazo con su receptor Ron Karkovice tras el juego sin hits.

Incluso, están aquellos que se transportan a sus frustraciones infantiles, como Luis Ángel Vivas quien pediría la tarjeta de novato de Wayne Tolleson, que le recuerda tantas repetidas de aquel inconsistente infielder; o Ramón Estrada que quisiera volver a tener la de Danilo León, y remarca: “¡Que molleja e’ caballo!”

El costo de un paquete de barajitas Topps del 2010 es de $1.99 y la promoción ha gozado de una gran aceptación por parte de las comunidades de coleccionistas. Sin embargo, hay descontento por el contrato de exclusividad que monopoliza a este sector, cerrando las puertas a populares marcas con aceptación entre los coleccionistas como Upper Deck, Donruss y Fleer. Estas empresas se ven en un aprieto por el descenso en este hobbie debido a modernos hábitos para niños y adolescentes que incluyen video juegos, consumo de internet, etc.

Reinventado el negocio y la tradición

La barajitas tienen valores por diferentes razones. Para muchos coleccionistas el dinero es lo más relevante, para otros es un enlace en el tiempo a través del béisbol. El costo es relativo, pues depende de la persona que esté dispuesto a pagar lo que se pide por ellas.

Con el asentamiento de las “Grandes Ligas” a partir de 1901, inició una nueva etapa en mercadeo y cobertura de medios de los equipos profesionales. Se estabilizaba el pasatiempo nacional y las colecciones de barajitas se volvieron un hobbie para la juventud.

Topps en 1951 se enfocó en la creación de una serie de todos los jugadores en róster del equipo grande de la temporada, mayormente en paquetes que incluían un pedazo de goma de mascar hecho por ellos mismos, un popular producto llamado “Bazooka” lo cual era una novedad para la época. De la misma forma, los jugadores comenzaron a ser compensados por la comercialización de su imagen.

En la década del 50, los niños solían jugar con las barajitas. Mi papá me cuenta que el juego se llamaba “Pared”. Consistía en pegar las barajitas en la pared y dejarlas caer. “Se doblaban las puntas y se jugaba con el viento, y las barajitas iban cayendo en el piso, luego el primero que le cayera encima a una de las que ya estuviese en el piso se ganaba todo lo que había” recuerda.

“Jugabamos con todos los repetidos y los malos, porque nadie quería perder a sus Mickey Mantle, Bill Mazeroski, Ted Williams o Willie Mays” comenta mi viejo.

Pero su colección terminó en el mismo lugar de muchos niños de su época…en la basura.

En la década de los 80’s y 90’s la noción del valor intrínseco y monetario de estas colecciones se esparció entre los fanáticos. Aunque algunos niños utilizaban todavía alguna barajita para hacer fricción y ruido con la rueda trasera de su bicicleta, aun los más jóvenes seleccionaban muy bien la tarjeta que se iba a destruir.

El hobbie dejó de ser un juego y se volvió una colección. Los mejores jugadores comenzaron a ser protegidos apenas salían del paquete.

Honus Wagner T206 de American Tobacco Company, 1909.

Como negocio esta industria cobró valor con la famosa T206 de Honus Wagner (American Tobacco Company, 1909) vendida en 1991 por $500 mil dólares. La odisea de su búsqueda y subasta comenzó hasta que en el 2007 un coleccionista de California pagó $2.8 millones de dólares por esta barajita. El Salón de la Fama la bautizó como “El Cáliz Sagrado”, entre los coleccionistas.

La popularidad de las colecciones creció hasta el punto que otras marcas comenzaron a invadir el mercado y el valor fue cayendo. Hoy quienes tienen barajitas previas a 1970, saben que tienen unos cuantos dólares acumulados en sus casas, y aquellos coleccionistas de los 80’s y 90’s las guardan como legados de su niñez

Pero entre la mayoría de aquellos coleccionistas de los años 50, como mi papá, la idea de tener ese preciado tesoro una vez más es interesante. Sin dudar, al preguntarle cual quisiera tener una vez más afirma con emoción: ¡La de 1952 de Mickey Mantle!

Y eso que no le dije su valor actual...¡Entre 15 y 40 mil dólares!

Y tú…¿Cuál escogerías?

Comentarios

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